Cuando
no seas mía, me llevaré tu pecho,
para
abrigar mi noche, como tantas noches,
nuestros
cuerpos abrigaron mi lecho
de
amor, de ternura, sin ningún reproche.
Cuando
no seas mía, cuando sola te encuentres,
llegara
a tus oídos nuestra canción de amor,
y
ese amor que hicimos, hoy es solo un
desastre,
ese
amor que vivimos, hoy es solo dolor.
Cuando
no seas mía, cuando te haya perdido,
encaminaré mis penas a la soledad,
abrigare
mis tardes quizás con tu recuerdo,
o
implorare tu nombre de pura vanidad.
Cuando
no seas mía, cuando todo se acabe,
cuando
te marches lejos, donde no te pueda ver,
te
buscare entre mis manos, como busca un niño,
el
abrigo materno para poder vivir.
Cuando
no seas mía, cuando llegue la tarde,
cuando
no encuentres ese amor seguro
te
acordaras entonces de aquel amor tan puro,
por
el cual sufrimos hoy como dos cobardes.
Cuando
no seas mía, vivirás solitaria,
tejiendo
recuerdos que no volverán,
y
yo en mi plegaria a la Virgen María,
le
pediré entonces un amor de verdad.
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