Hay una mujer que siempre vive en mí ser,
pues como un espíritu va a mi vida unida,
ella me va entregando cada día su querer,
haciendo todo por mí hasta ofrecer su vida.
Ella tiene la fuerza de un ser sobrehumano,
tiene la mirada aguda de un águila audaz,
en mis primeros pasos ella me dio su mano,
y en mis angustias, ella es una mujer tenaz.
Ella es una diosa, soberana y pura,
pues mi pena jamás entristece su alma,
ella es mi fuerza, mi voluntad, mi cura,
y ante la tempestad ella pone la calma.
Hoy, a esa gran mujer divina y bendita,
la vida todo su cuerpo lo ha transformado,
su frente se halla raída, pero no la limita,
porque su noble corazón no ha cambiado.
Dirán, que grandiosa mujer, la que te acompaña,
mujer que te ha cautivado con su noble querer,
es una bella mujer la que nunca te engaña,
es mi madre señores, esa gran mujer.
pues como un espíritu va a mi vida unida,
ella me va entregando cada día su querer,
haciendo todo por mí hasta ofrecer su vida.
tiene la mirada aguda de un águila audaz,
en mis primeros pasos ella me dio su mano,
y en mis angustias, ella es una mujer tenaz.
pues mi pena jamás entristece su alma,
ella es mi fuerza, mi voluntad, mi cura,
y ante la tempestad ella pone la calma.
la vida todo su cuerpo lo ha transformado,
su frente se halla raída, pero no la limita,
porque su noble corazón no ha cambiado.
mujer que te ha cautivado con su noble querer,
es una bella mujer la que nunca te engaña,
es mi madre señores, esa gran mujer.
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