Me
dices que no eres tú la que elegí,
en
una noche de viaje placentero,
quizás
allí no sentiste mi amor sincero,
pero
en verdad hoy estoy lejos de ti.
Hoy
no puedo demostrar lo que he vivido,
aquella
noche en que yo te conocí,
desde
aquella vez no dejo de pensar en ti,
aunque
sé muy bien que no soy tu preferido.
El
corazón dolido llevamos por el mundo,
dejando
en cada estancia un gran dolor,
te
he pedido muchas veces por favor,
que no
hagas sufrir más a este moribundo.
Me
dices que es mentira lo que digo,
que
dejemos al corazón seguir sufriendo,
y
aunque por dentro yo viva padeciendo,
déjame
por favor ser solo tu amigo.
El
amor se fue de ti sin decir nada,
qué
pena en verdad mirar así el cielo,
sin
ningún horizonte, sin ningún consuelo,
sin
la pasión de una mujer enamorada.
Pero
qué más puedo pedir a esta suerte,
si
dudas del amor que te he ofrecido,
pero
si aun todo esto no te ha convencido,
déjame
por favor irme con la muerte.
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