Desesperado
huí para no verte
aquella
tarde de abril, mujer querida,
cuando
me decías tú, ya no quiero verte,
no
quiero ser ya más tu preferida.
Y
desde aquella tarde el sol no brilla igual,
la
luna no aparece, las estrellas se escaparon,
te
fuiste dejando en mi pecho clavado el puñal
del
olvido, del adiós y mis ojos lloraron.
Hoy
voy solo por las calles llevando tu recuerdo,
de
aquellas tardes lindas que junto a ti viví,
por
ti hoy me preguntan y me muerdo los labios,
y
tan solo les contesto - de ella, no sé, no sé.
Los
días van pasando y te extraño aún más,
una
canción de entonces me trae tu sonrisa,
y
cierro yo mis ojos para no llorar jamás,
pero
no lo consigo y una lagrima se lleva la brisa.
Esa
lágrima de amor, me trae tu recuerdo,
de
noches de insomnio que viví junto a ti,
te
fuiste y olvidarte yo no puedo,
dame
tu el olvido y vive feliz sin mí.
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