lunes, 27 de noviembre de 2023

TE SIGUE ESPERANDO


Entre nubes una tarde oscura te perdí,

el silencio solo me acompaño un momento,

te busqué tanto y al no hallarte yo partí,

llorando mi desgracia y tú en mi pensamiento.

 

Te fuiste con aquella tarde y no volví a verte,

tomaste otro rumbo tal vez desconocido,

viví esperándote antes que llegué la muerte,

pero te fuiste de mí como un amor perdido.

 

Porque te marchaste sin mi consentimiento,

sabías que te amaba y eras mi adoración,

los años han pasado y eres el sentimiento,

que aguardó tu regreso, con mucha emoción.

 

Fueron muchos años que te esperó mi vida,

quizás más de veinte, pero para que contarlo,

esa tarde oscura me causó una gran herida,

yo esperaba tu regreso y no puedo negarlo.

 

Espero volver de nuevo a mirar tus ojos,

y no sé por qué, siempre vuelvo a recordarte,

como aquel día que colme tus antojos,

y te juré para siempre, no dejar de amarte.

 

Por eso donde te encuentres, cuida tu vida,

también tenme presente en alguna oración,

si volver deseas, tú serás bien recibida,

yo te sigo esperando con mi corazón.




 

MI TRISTE PESAR


Yo sé que es muy difícil sacarte de mi vida,
recuerdo tu encanto y tu ternura de mujer,
el tiempo pasa y sigue sangrando mi herida,
desde aquel día, que te tuve que perder.
 
El tiempo pasa en silencio, día tras día,
y mis sueños se quedan junto a mi almohada,
tú lejos de mí, escuchando la melodía
que fue nuestra canción y que hoy no vale nada.
 
La noche me dice que no es fácil olvidarte,
que jamás mis labios nunca lo aceptarán,
pues mis besos de amor que ayer supe brindarte,
tan solo son recuerdos que no lo olvidarás.
 
Porque en tu noche no podrás soportar tu llanto,
ni la pena de amor que tu misma lo creaste,
me quedaré solo y triste entonando mi canto,
ya no tendré tu amor porque sin él me dejaste.
 
Por eso es mi grito desde el fondo de mi alma,
que empuña mis entrañas y llora sin cesar,
porque fuiste mi alegría, mi faz, mi calma,
pero nadie entiende ahora, lo que es mi pesar.
 
 

viernes, 24 de noviembre de 2023

CUENTO: MUJERES DEL 14 DE NOVIEMBRE


 

La vida empieza desde el primer grito que diste al nacer, mujeres confundidas por el llanto de sus hijos, el primer grito, quizás todos escucharon ese grito en el hospital.

Cuanto trabajo cuesta a una madre acallar el grito de un hijo, el llanto, la pena, cuantas tardes cogiendo sus manos al cielo imploran su pronto retorno, esas mujeres no deben tener nombre, no deben llamarse Ana, ni María, quizás, deberían llamarse Lucha, no de Luisa o tal vez Esperanza, porque esas mujeres tienen más de 5 sentidos, ellas leen los ojos del hijo, escuchan los latidos de su corazón, aunque no estén a su lado, son mujeres divinas que Dios les dio ese don.

Las mujeres de mi patria hoy están llorando, lloran porque perdieron a Bryan, a Inti, lloran por aquellos hijos que no volverán a caminar, porque aún hay hijos que están desaparecidos, ¿hay acaso motivos para todo esto?

Si, en el congreso de mi patria, de su patria, se estaban repartiendo el país, la corrupción estaba en todos los rincones, el gobierno y los legisladores cada vez se llenaban de rencillas, el pueblo seguía callado, miraba en silencio, aunque algunas veces por allí alguna protesta que nadie hacia caso.

Todos estábamos involucrados en esto, todos sufríamos las consecuencias, la pandemia del covid 19 estaba azotando mi país, los jóvenes seguían callados preguntándose ¿Qué nos toca hacer hoy?

Las redes sociales se activaron, los jóvenes, aquellos jóvenes que los legisladores le decían que eran unos chibolos pulpin,  pero cansados ya, una mañana decidieron salir a las calles a dejar su aliento, como muchos al despedirse de sus madres le decían: - voy a luchar por mi Perú – otros, - no salgas tú, yo estoy luchando por ti, las madres se oponían que salgan a estas marchas,  pero muchos jóvenes, estudiantes, universitarios, y obreros decidieron salir, días, tardes, noches para que su grito sea escuchado, más no quisieron hacerle caso.

Madre, “salí a defender mi Patria, si no regreso hoy, me fui con ella, pero no olvides que te amo Mama”, son frases que cada vez se hacían más común, otras pancartas que decían “Amo a mi país, me avergüenza mi gobierno”, “te metiste con la generación equivocada” y el gobierno y el congreso no escuchaban, mensajes como “somos el grito de los que ya no tiene voz “ y las madres como todas las noches, esperando al hijo, a la hija que salió a luchar por su país.

Cerca de las 10 de la noche de un 14 de noviembre, una madre rompe su tranquilidad y se escucha tan solo un grito: - “le mataron a mi hijo”, ¿Quién devuelve a ese hijo?, quien acalla el dolor de esa mujer, una anciana llora en silencio porque ya le dijeron que su nieto ha muerto, que ya tenemos dos héroes de la democracia, que Inti Sotelo y Bryan Pintado no serán olvidados, pero el dolor de esas mujeres nunca serán aliviadas, el pueblo hoy está en silencio, aguardando un nuevo día, muchos corazones rotos por sus hijos que no volvieron por eso déjenme decirles que en mi patria todas las mujeres se llaman Lucha, mujeres de un 14 de noviembre del 2020

 

CUENTO: LA CHICA DE CAMINO REAL


Era un adolescente aún, creo que estaba en el tercereo año de secundaria, todos los amigos en recreo hablaban de sus novias, más yo en silencio escuchaba sus historias de amor. Tengo la suerte de tener una madre muy recta y muy sabia, ella no me permitía estar en la calle más de las 7 de la noche, por aquellos años en mi barrio no había luz eléctrica en las casas, ni mucho menos alumbrado público, por eso el miedo invadía el amor de madre y no nos permitía estar en la noche en la calle, como sí lo hacían mis amigos cuyas aventuras con sus novias eran siempre en las noches oscuras entre el ronronear de un gato que cruzaba la calle de un lado a otro.

Transcurría el otoño y mientras yo conversaba todas las tardes con mi amigo Alejandro, más conocido como “toro loco” y otros más, veía que por la avenida Camino Real una señorita caminaba con un aire de nobleza todas las tardes, mucho de nosotros comentaban que seguro iba a trabajar, otro decía seguro está estudiando, más yo la miraba y me preguntaba ¿Quién será?

No paso mucho tiempo y fue grande mi sorpresa que al ir por una calle del barrio en busca de la iglesia evangélica que por ahí existía, la vi en su puerta conversando con una amiga, apure el paso, me pasé unos metros más de la Iglesia a la cual yo iba, pues quería saber si ella era la chica de la avenida de Camino Real.

La mire de reojo, ella quizás no se dio cuenta de mí, dejé que ella ingresara a su casa para yo volver a la iglesia, mejor me pase de frente, no ingrese a la iglesia, me fui apurado a mi casa muy alegre, pues ya sabía por lo menos dónde vivía.

No sé cuánto tiempo paso y volví a verla cruzar por donde nos encontrábamos conversando entre amigos, y cada vez sentía celos cuando los amigos hablaban de ella cosas bellas, ella no sabía nada de mí, quizás ni sabía que estaba presente, ni nos conocíamos, pero ella ya vivía en mi mente.

Pasó el tiempo, tal vez unos días diré, yo estaba de regreso a mi casa después de estar en la Biblioteca Municipal haciendo mis tareas, yo conversaba con una amiga en una esquina de la avenida Aviación, mis ojos no lo creían, ella pasaba con una amiga en una conversación muy amena, yo no sabía qué hacer, si dejarla a mi amiga, o seguir a la chica de la avenida Camino Real, era una toma de decisión muy rápida que tenía que hacer, fue entonces que me despedí de mi amiga y fui tras los pasos de aquella mujer, ella no sabía quién le seguía, iban conversando con su amiga, pero en la segunda palmera de aquel parque ya la vi sola, los pies me temblaban, quería y no quería ir tras ella, hasta que dije: tiene que ser ahora o nunca. Me decidí ir tras de ella y tan solo pude decirle: hola, recién sales del trabajo, ella me miro y no me contesto nada, no supe más que decirle, avance unos metros más y me dijo: tú eres del grupo de los chicos de Camino Real que me paran molestando, le dije: no, nunca te hemos molestado, y luego ella sonriendo me dijo: recién salgo de estudiar, no trabajo todavía, me falta mucho, son año y medio de estudios que tengo que llevar, yo iba callado escuchando lo que ella me contaba lo que estaba estudiando, se paró un instante y me dijo: tu anda por allí, ya voy a llegar a mi casa y no quiero que te vean conmigo, yo le obedecí sin decir nada, ni me despedí de ella, pero me fui muy alegre.

Creo que el destino fue así, nos separamos sin decirnos nada, hasta que una tarde de agosto la vi pasar por la avenida, le dije si podía acompañarla, ella me acepto, camine con ella rumbo a sus clases de Alta Costura, mis amigos estaban allí como todas las tardes y cuando pase, empezaron a trinar como pajarillos de la tarde, no le hicimos caso, le acompañe hasta su Instituto y le dije: te esperaré, ella: te vas aburrir me dijo, pero espérame.

Llego la hora de salida, yo caminaba de arriba abajo tratando de que ella no se vaya por otro camino, más el tiempo de espera se hizo muy largo y la vi salir, avance unos metros queriendo decirles aquí estoy, no sé si se dio cuenta, yo seguía mi camino con dirección de nuestro barrio. Creo que paso unos minutos y volví la mirada atrás, ella ya estaba sola, le esperé entonces, le saludé y ella me respondió: discúlpame, se me hizo tarde, estuve coordinando unas cosas con mis compañeras- bueno le dije: no te preocupes, ¿vas a casa?, le pregunté, ella sonrió y me dijo: sí

En el camino íbamos conversando sobre sus estudios y sus aspiraciones, yo miraba a todos lados con miedo pues deseaba que no me vean nadie, pues en aquellos tiempos andar con una chica era muy delicado, la familia no aceptaba esas cosas, salvo que seas conocido, y yo no lo era. La distancia a su casa era muy corta, tal vez caminando eran unos 30 minutos, con mi mirada buscaba el lugar y el momento para decirle lo que yo sentía, mire a todos lados y me sentí en un mundo donde solo estábamos ella y yo, le tomé del hombro y le dije: deseo decirte una cosa que lo llevo guardado hace mucho tiempo, estoy enamorado de ti y deseo ser tu enamorado, ¿aceptas?, ella me miro, luego bajo la cara, yo levante con mi mano su rostro y le di un beso, ella no me respondió y se fue corriendo.

Eran ya los últimos meses de estudios y tenía muchas tareas, yo casi vivía en la biblioteca de la municipalidad, deje de verla varias  semanas temía a ser rechazado, pero una tarde la vi pasar por mi casa, salí muy rápido y la llamé, ella se detuvo y me pregunto: ¿por qué no estas con tus amigos conversando?, le dije: estoy estudiando y no tengo tiempo, más ella insistiendo me dijo: ¿mañana tendrás tiempo,  saldré más temprano del Instituto?, le dije: sí,  mañana iré a verte  entonces, te esperare cerca de la avenida Pardo.

Ella salió de estudiar muy temprano y le dije, vamos al malecón, la plaza 28 de julio esta hermosa, ella no contestó, solo caminó, y llegamos allí muy pronto, el mar contemplaba nuestra inocencia, la cogí de las manos y le volví a decir: te amo, ella: yo también, pero tengo miedo que mi mamá se entere. Fue una tarde muy linda, y creo que tuvimos muchas más, hasta que llego el día de la primavera, ella había sido nombrada en su Instituto como reina de la primavera, iba a tener una fiesta a la cual no acudí, pues no tenía la vestimenta apropiada.

Sus amigas ya me conocían, a veces me veían esperándola y me decían, ya sale, pero el tiempo pasó tan rápido, hasta que un 27 de noviembre mientras yo le esperaba, una amiga de ella llamada Diana, me llama y me dice: no la esperes, saldrá más tarde, acompáñame a mi casa, yo acepté su pedido y mientras íbamos camino a su casa ella me dijo: ella no te ama, es mejor que ya no sigas, ella esta con Danny, yo solo me quedé mudo todo el camino, y ella me argumentaba muchas   cosas que me había pasado con ella, eso hizo que yo creyera en esa persona y me retire de esa mujer cuyo transitar fue por el Camino Real, quizás me tenga en sus recuerdos, yo nunca más volví a buscarla y ni ella a mí, por eso le creí mucho más a esa amiga cuando me dijo: ella no te ama. Después de muchos años volví a encontrarme con esa amiga Diana, me conto muchas cosas más de la chica de Camino Real y desde aquel momento logré a entender que todo fue verdad, que había tomado la mejor decisión, que yo no merecía vivir engañado, esta historia fue un sueño para mí y gracias a todos por dejar mi sueño en sus oídos. Buenas tardes

 

 



 

CUENTO: AMOR HOSPITALARIO

 

Transcurría lentamente, mi nave su destino, el mar estaba picado por lágrimas de mucha gente que se quedó en puerto aquella tarde de enero.

Un nuevo conflicto empezó en mi país, la guerra entre países vecinos era de nunca acabar, sino era el norte, era el sur, pero así vivía mis primeros años de marino.

El tiempo no fue propicio, el calor, la falta de agua en el buque empezó a ocasionar muchos perjuicios, hasta que una noche tuve que llevar a mi amigo Pedro a la enfermería del buque por ciertos dolores estomacales, náuseas y dolor en el ombligo, sorpresa nuestra el médico diagnostico Apendicitis, cosa que no se podía operar en el buque, se tuvo que evacuar en el helicóptero a una hospital más cercano y así fue que esa misma noche a mi amigo Pedro le trasladaron al hospital de  Piura mientras nosotros seguíamos navegando y cuidando la soberanía de nuestro mar.

Esta navegación duro cerca de 15 días llegamos al puerto de Paita y lo primero que hice fue ir a visitar a mi compañero, ya estaba bien, pero estaba internado todavía hasta que la Marina vaya a recogerlo, trámite que a veces demora más de lo que uno piensa.

Estaba solo en su cama cuando yo llegue, conversamos sobre nuestro viaje, y sobre su operación, mientras que, al lado de él, dos señoras acompañaban a su enfermo, más tarde me dijeron que era el hijo de Isabel y la otra mujer se llamaba Susana.

Empecé a tener amistad con Susana de una manera inusual, me encontraba por el pasadizo del hospital y me pidió que le prestase el teléfono o móvil para que haga una llamada a su casa, ella se había quedado sin batería y se le apago el equipo. Yo accedí a su pedido, cada uno dijo su nombre y luego yo regresé con ella a presentarle a mi amigo Pedro y ella llamó a su amiga Isabel y nos juntamos junto a la cama del enfermo a contar algunas cosas de la Marina y también de la ciudad de Piura. Al día siguiente la Marina recogió al paciente y lo trasladaron a Lima, el buque y yo seguíamos operando la zona norte. Creo que pasarían 10 días y volvimos a puerto, salí muy temprano con rumbo a Piura, llamé a Susana y me pidió que fuese a su barrio Los Algarrobos de Piura, muy presto me dirigí, llegue y en verdad fue un recibimiento muy lindo, eran muy humildes, pero tenían el corazón más grande que el sol, yo me sentí emocionado y deje caer unas lágrimas pues a un desconocido le trataban como a un rey.

El buque tuvo que regresar después de dos meses de operaciones marítimas por el norte, ya estaba en uso el email, empezamos a escribirnos y a llamarnos con Susan, muchas veces pasamos horas conversando por el teléfono, yo sentía que le extrañaba y hasta que un día me volví a la ciudad de Piura por mi propia cuenta y por el deseo de ella.

A pedido de Isabel, me pidió que me aloje en su casa y fue muy linda esa vivencia, su humildad y su cariño afloraron en todo momento, Susan era una madre soltera de una niña de 2 años, la niña llamada Irene era muy graciosa, mi desayuno, almuerzo y cena era en la casa de Isabel, pero siempre estaba ella, Susan, cada día que pasaba me enamoraba más de ella y tenía miedo que se dé cuenta. Yo me tenía que regresar a Lima y en la noche de nuestra despedida, ellas prepararon una cena, una comida ligera y unos tragos de la zona para asentar la comida. Las horas pasaban y el sueño no llegaba había transcurrido cerca de un año que nos habíamos conocido, la noche estrellada acompañaba mis suspiros y mi corazón amante aferrado a la desesperación porque yo ya tenía que regresar.

Me fui al cuarto de baño y al regresar Susan se encontraba sola, me sorprendí y fue cuando yo sentí que ella me miraba fijamente, como queriendo decirme algo, yo le adelante y le dije mañana ya no te veré, y ella me respondió; - ¿acaso no me puedes llevar?,  le sonríe, le tome el rostro tiernamente y le dije señalándole el lado izquierdo de mi pecho, aquí te llevo, aquí te vas, nadie me lo quitara, y ella se levantó rápidamente, me cogió de los hombros y me miró fijamente, quise contenerme, pero no pude y cuando ella me quiso decir algo, mis labios ya habían sellado su boca casi una eternidad.

Así nació un amor una noche de marzo, teniendo como testigos una luna enamorada, un poco de calor, unas cuantas estrellas que apenas se divisaban por unos vidrios, que al pasar el tiempo nos unió mucho más, hasta que una vez después de casi 7 años entre cartas, email, y llamadas telefónicas, me dijo que si podía ser padrino de su hija, le pregunte si ella quería no seguir conmigo por su pedido y me dijo que ella no me quería perder y como padrino de su hija siempre estaríamos en comunicación, me dijo muchas cosas más, que no puedo transcribirla, pero luego acepte, continuamos ya como compadres,  dejamos de ser los amantes de ayer, para convertirme en el padrino de Irene.

Han pasado más de 20 años y tal vez ya 12 años que no nos vemos, pero si nos llamamos siempre, pero es triste la noticia hoy, porque ella hace unos años atrás llego a tener pareja, entre amor y maltratos hoy ella está perdiendo la visión, hace días me llamo, pidiéndome que vuelva a verla, me apena su sufrimiento, pues mi ahijada al ver como su madre sufre, ya está casada, hoy Susan vive sola con su pareja en un macabro  infierno, solo me queda pedir que Dios lo tenga con vida, aunque ella nunca salió de mi mente pero si de mi corazón, pues tenía que yo cumplir la función de padre o padrino cosa que me lo pedían los amigos, ella y la niña.

Es una historia sincera que Dios lo conoce mejor.




 

CUENTO: A DORIS HERTA



Eran los mejores años de mi adolescencia, el tiempo en mi ciudad de Chimbote se mezclaba entre el humo de las fábricas de harina de pescado y las nubes que emanaba la fábrica siderúrgica del acero peruano.

Mi madre siempre me llevaba todos los domingos al mercado para acompañarla, creo que con el tiempo se me hizo costumbre, hasta ahora le acompaño cuando le visito, pero ya no va al mercado de la cual empezare la historia.

Era costumbre el ir a los mercados los domingo, mi madre me llevaba al mercado Miramar, una distancia muy cerca de la casa, menos de un kilómetro,  pero mi madre tenía por costumbre andar todo el mercado para después comprar, también otra costumbre era que ese día no tomábamos desayuno, pues mi madre me invitaba un jugo surtido de frutas con una porción de queque y otras veces una sopa de habas, y en algunas ocasiones un shambar, que me encantaba, así era mi madre con quien le acompañaba al mercado, pero casi siempre era yo.

Mientras mi madre paseaba por todo el mercado buscando los mejores precios, y también a las “caseritas” yo distinguía en una esquina de un puesto del mercado que vendía carne, a una adolescente parada ahí con algunas bolsas del mercado, en aquellos tiempos las bolsas de mercado eran de junco, otras eran hechas de red de pesca, éstas casi no se acababan.

Había pasado ya mucho tiempo de que le notaba en el mismo lugar, y casi media hora antes de regresar a mi casa ella se iba en compañía de su padre, era una persona de edad, mayor que mi padre, y fue así que una mañana me acerque a ella, pidiéndola que por favor me lo cuide mi bolsa, que yo me había olvidado de recoger otra compra en el puesto de abarrotes, ella me dijo – está bien – pero vuelve pronto.

No supe que comprar, me di media vuelta por el mercado y me regrese a ella, estaba ahí, se le notaba muy triste y tal vez muy seria, no me daba confianza como para poder hablarla o iniciar una conversación, le agradecí y luego llego el señor y se marcharon, no me dijo nada, yo solo le quede mirando.

Ella ya había entrado en mi mente, esperaba con ansias la llegada del día domingo para verla en el mercado, pero cuando no es para ti las cosas, el siguiente domingo mi madre no fue al mercado a comprar, sino el sábado, le acompañe con alguna esperanza de verla, camine por todo el mercado con esa intención, pero ella no estaba.

El colegio, los amigos llenaron mis días y mis tardes que no me dejaban pensar tanto en ella, pero si le extrañaba, le pensaba en el camino al colegio, al regreso, al dormir mucho más, deseaba que pronto llegue el domingo para poder verla y hasta que por fin llego.

Al llegar al mercado lo primero que hice fue pasar por aquel lugar, no estaba, me puse triste, camine por entre todas las personas que estaba en el mercado, pero yo le buscaba y por fin la vi con el señor comprando todavía, su bolsa estaba casi vacía, pensé que quizás más tarde ella volvería al lugar donde la conocí, yo apure a mi madre en las compras y creo que lo logré, la bolsa ya pesaba mucho para cargar por todo el mercado y le dije a mi madre que yo llevaba esta bolsa y que le esperaría en el puesto donde venden carne, así  fue y así lo hice, pero ella no estaba todavía, me invadió la pena por unos minutos, pero luego ella llegaba también con sus bolsas, el lugar estaba ocupado por mí, y ella me dijo – hoy me ganaste, - yo le respondí -  si – pero este lugar es tuyo , pero creo que nos podemos acomodar – moví mis bolsas, ella puso las suyas y todo quedo bien, ya no había espacio para los dos, y para que ella no se dé cuenta  le interrogó -  ¿recién llegas? ella me dijo – no, hace rato que estamos comprando con mi padre - , venimos muy temprano a eso de las 8 de la mañana ya estamos aquí – y tú ¿con quién vienes? me pregunto,  le dije yo vengo con mi madre, ella está comprando los abarrotes para la semana, ya no demora en venir, - mi padre también - me dijo – el compra rápido porque vivimos en La Florida, y tú donde vives, me dijo - yo vivo en Magdalena Nueva, cerca de aquí, ¿acaso vives por donde está la antena de Radio Interamericana?, si le dije – acaso tú conoces mi barrio, le pregunte – ella me dijo, - sí, - pero no conozco mucho – mi madre me llevaba a veces los días domingos a mirar cuándo el Jilguero del Huascarán traía invitados y cantaban en vivo, solo aquellas veces pase por allí, y luego le replique - yo vivo a unos 150 metros de la radio, pero nunca te vi, yo siempre iba a verlo a ese cantante me encanta su música, más luego ella me siguió diciendo – de mi madre era su paisano -

Conversamos un poco más y antes que llegue su padre me dijo, ¿vienes todos los domingos? le dije – sí, - entonces nos vemos el otro domingo, quizás ya viene mi padre, y a él no le gusta que tenga amigos.

Así fue, el señor llegó, arreglaron sus bolsas y se marcharon, ella solo apenas pudo dar vuelta atrás, me sonrió, yo solo le levante la mano y diciéndole - adiós, me quede triste.

No sé cuántos domingos habían transcurrido, pero fueron muchos, a veces conversábamos y otros solo nos mirábamos porque ella ya partía cuando yo llegaba, pero fue un domingo de verano cuando conversamos mucho y le prepuse si podíamos vernos en la tarde, ella me dijo claro que sí. - ¿dónde puede ser? -  le dije, ella pensó un instante y me pregunto ¿vas a la playa? ¿Te gusta el mar?  más yo muy apurado le dije, me encanta, - sí - ¿puede ser en la playa?, entonces me dijo hoy espérame en la playa a las 3 de la tarde.

Así fue, yo me apresure en ir a la playa, llegue una hora antes de lo pactado, pues no me dijo donde le tenía que esperar, además ella iría con su familia, yo fui solo y empecé mi búsqueda, caminaba de arriba y abajo mirando a todas las personas, y al llegar al extremo de la playa me ponía triste porque no la encontraba,

Me senté un momento sobre una chalana, pensando que quizás tuvo inconvenientes y no pudieron venir, pero tenía corazonadas que me hacían sentir tembloroso, tenía miedo, ansiedad, entonces decidí volver a dar una pasada más y si ya no le encontraba, me regresaría a casa y le esperaría el próximo domingo.

Pero grata fue mi sopesa, había caminado ya casi más de 200 metros y la vi a ella en su ropa de baño junto a sus amistades, que más tarde supe que eran sus primas, ella me vio pasar, no me dijo solo me miro, se cubrió un poco su cuerpo y nada más.

Yo  me senté en la playa, a una distancia que podía mirarla, al poco rato ya no estaba ella, la tristeza se invadía el cuerpo y casi cabizbajo una mano me cogió la espalda y al dar vuelta atrás vi el rostro de ella, como un resorte me levante- le dije – hola, como estas, ella me respondí, - bien, pensé que no vendrías, ya son varias horas que estoy aquí – yo le dije estuve cerca al muelle sentado en un bote pensé que estarías por ahí, - ella se sonrió y me dijo – no, yo te esperaba frente a esta palmera, siempre venimos aquí, y ahí es nuestro punto de reunión.

Me dijo luego, ¿sabes nadar? yo le respondí - sí – y ella me dijo y ¿qué haces con esa ropa? ¿Por qué no te cambias, ponte tu trusa de baño?, - no supe que responderle, yo no había llevado, porque no tenía, esa fue mi adolescencia., llena de tristeza, pero de mucho amor.

Ella se sonrió y me dijo, ¿te busco una? le dije no, solo vine a verte, pero ella me insistía, me gusta el mar, quiero verte entre las olas, quiero zambullirme contigo, quiero hacerte competencia, quien llega hasta esa boya- yo le dije – será otro día, hoy no vino preparado para eso, vine porque quiero decirte muchas cosas.

Ella, se separó de mí, y se puso muy seria mirando el infinito del mar, la tarde era hermosa, un sol brillante, las aves en su vuelo con alegre trinar, y yo contemplando a la mujer que había llenado con su hermosura mi corazón amante, yo me quedé mudo, dije quizás hice mal en venir, quizás no soy de su nivel de vida, pero así lo amaba ya.

Me acerque a ella, con la mano le cogí el rostro para que me mirara, me sonrió, y me dijo –me encanta el mar, como deseo que seas marinero, y verte llegar a este puerto con muchas ilusiones y yo tu amada amante esperándote en el puerto, yo en aquel tiempo todavía no sabía que iba ser marino, pero mi respuesta fue luego, por ti seré marinero, y aunque no vuelva en barcos, sobre las olas volveré a tu lado, pero déjame decirte que estoy enamorado y deseo que seas mi novia. Ella se quedó muda un instante, me miro a los ojos, yo tembloroso le cogí la cintura y le volví a decir – te amo – te amo-.

Al final nos quedamos callados los dos, nos miramos fijamente, ella me entrego su mirada pidiéndome un beso y yo con mucho temor la besé, así empezó esta historia de amor que el tiempo la enterró cuando yo partí de mi pueblo a la capital en busca de encontrar la superación que un joven provinciano que deseaba en ese momento.

No pude escribirla, no supe donde vivía, no volví a ese mercado casi después de tres años, ayer y hoy no sé nada de ella, solo sé que lleno mis ilusiones cuando estuve en la capital, no perdí las ansias de volver a verla, pero no la he conseguido, por si la saben algo de Doris Herta díganle que la ando buscando.

 

 


 

CUENTO: LO QUE PASO EN HOLANDA ALLI SE QUEDO

 



Era el año 1979, era yo aún muy joven, hacía ya dos años que me había recibo de Sub Oficial de la Marina de Guerra del Perú, y salí en una comisión a Holanda o Países Bajos, al puerto de Den Helder, en esta  ciudad se encuentra el puerto base de la Armada Real de los Países Bajos, fue emocionante mi viaje y mi llegada, la travesía duro 25 días, mirando tan solo mar, cielo, sol, estrellas, lluvias y tempestades, pero fue un logro en mi carrera de marino. Esta comisión era de estudios, pues el gobierno de Perú, iba a comprar naves usadas a la Armada holandesa y para eso era primero instruir, capacitar a su personal, yo fui uno de los elegidos, fue así que un 18 de marzo partimos rumbo a Holanda. 

Al llegar a la cuidad de Den Helder, habitamos las barracas (edificio destinado a dar residencia) de los marinos holandeses.

Pronto empezaron las clases y visita al buque que iba a comprar el gobierno peruano, también empezaron los francos o salidas del personal de acuerdo a un rol establecido, como precaución de todos nuestros equipajes. La noche era interminable, recién a las 5 de la mañana terminaba la noche, era algo inusual en nosotros, cosa que poco a poco fuimos acostumbrándonos, era un lugar de mucho turismo y de negocio

En Den Helder existe un faro llamado De Lange Jaap y se ubica en el barrio de Huisduinen, es el faro de hierro fundido más alto de Europa (63,45 m)

Los días pasaban, los amigos iban conociendo nuevos lugares, nuevas amigas, amigos, otros puntos de diversión, mercados de pulgas, y también sitios culturales como museos, tuve la suerte de conocer el Museo de la Marina, muy lindo, me encanto.

Cierto día, que no recuerdo bien el mes me parece que fue junio del mismo año, mientras transitaba con mis amigos por la ciudad de Den Helder, uno de ellos propuso ir a conocer Alkmaar, era la ciudad de los quesos, una ciudad muy conocida por sus quesos Edam, entonces nos pusimos en marcha, tomamos el tren, creo que duro el viaje cerca de 40 minutos, unos amigos iban muy bien acompañados, estaban con ellas unas damas holandesas, yo iba con un compañero que era evangélico, casi todo el viaje me fue hablando del evangelio, que la distancia no lo sentí. Llegamos y uno de ellos nos dejó solos, este amigo dominaba el inglés, y fue admiración mía que las personas de allí, hablaban más de un idioma, muchos de nosotros solo hablábamos el español, ya que nuestras clases eran con traductores.

Como los boletos estaban en mi poder, este amigo nos buscó a las 2300 horas, pues era nuestra hora de regreso y sorpresa nuestra le vimos llegar muy alegre con las chicas que viajaron en el mismo bus, era una envidia muy grande para mí, pues de quien menos esperaba se estaba llevando bonitos recuerdos del lugar.

Llegamos a Den Helder y pronto seguimos nuestra noche marinera, visitamos bares, locales nocturnos y así hasta terminar la noche, pronto nos tocaría descanso y luego trabajo.

Una tarde al salir de la Base Naval, al pasar el puente había un grupo de chicas muy distraídas mirando el ir y venir de los botes de pescadores, pronto se dieron cuenta de nosotros y el amigo de aquel día siempre salía con nosotros, éramos los más jóvenes, se adelantó unos pasos, se saludaron y el volvió a quedarse con las chicas, nosotros seguimos nuestro rumbo desconocido, al llegar a la barraca (lugar donde vivíamos) me apresure a echarme a la cama, no sé a qué hora llegaría mi amigo, pero me despertó y me dijo, tengo algo que contarte, mejor te lo digo mañana.

Al día siguiente yo me había olvidado de su promesa, pero este amigo se fue a mi lugar de estudios y me dijo puedes acompañarme hoy, iremos con las chicas a pasear, ellas nos llevaran a Nimega una ciudad cerca de Alemania, lo cual acepte.

Las cosas estaban destinadas quizás, el tercer amigo se desanimó y solo fuimos dos, al llegar encontramos a dos amigas, esperamos un momento a la tercera amiga pues dijo que llegaría y nunca llego, mi amigo empezó su conversación en ingles con ellas, yo callado, o quizás mudo, algunas cosas les entendía y otras no, hablaban muy rápido, pero así conversaba un poco con Tess Anna, se le notaba muy seria y muy culta, sabía mucho de la ciudad de Nimega, me conto que era la primera ciudad que ataco Hitler en la segunda guerra mundial, por ella supe que era una ciudad de protestantes, y llenos de izquierdista, creo que un día muy lindo de paseo y de  amistad con ellas.

 Al despedirme aquella noche Tess me dijo si podíamos volver a vernos, lo cual acepte, nos encontramos en la Torre de Agua - me dijo, acepte una vez más.

 

Ella llego a la hora indicada, empezó nuestro recorrido por la ciudad, casi no hablábamos pues yo no sabía mucho el inglés, pero hasta que en un momento ella hablo una palabra en español, dijo Machu Picchu entonces le dije, you speak Spanish   y ella me dijo – yes –

Que emoción, empecé entonces a hablar en español y les juro que no le deje hablar, le dije toda la historia de Machu Picchu, me conto que su abuela era española de la ciudad de San Sebastián, situado en el Golfo de Vizcaya, cerca de Francia,

Ella vivía en ese entonces en la calle Balistraat casa 40 cerca de una iglesia cuyo nombre no recuerdo.

Había pasado una semana que salíamos solos, hasta que una tarde me dice vamos a mi casa mis padres quieren conocerte, les hable de ti, en verdad me sorprendió, ella apenas tenía 16 años, estaba en otro país, estaba estudiando la Educación Secundaria y de allí pasaría a la Terciaria en búsqueda de una formación profesional de grado superior

Su padre era un alto funcionario de la Empresa eléctrica ENECO, era la empresa que entregaba energía a los trenes y además era propiciada por el viento

Así fue hasta que llego un viernes y acepte ir a conocer a su familia, muy atentos ellos, fue una experiencia muy linda con esa familia,

Pasaron las semanas y me invitaron a un weekend (fin de semana) también acepté, fui con ellos, tan solo éramos 6 personas fuimos a un Valle llamado Klim, fue fenomenal, ella aun solo era una amiga, fue ahí donde los sentimientos afloraron y le dije que me encantaba estar con ella, ella muy emocionada me lleno de besos. Fue una vida muy linda que vive en esa casa, casi 22 meses, yo ya no vivía en el buque, ellos me dieron una habitación para mí cuando Tess Anna le conto nuestra relación, cuando ella podía y casi siempre me llevaba en el coche a la Base Naval.

El resto de mis días creo que ya se imaginan, muy lindos, siempre en paseos, conocí la primera playa de nudista de los Países Bajos: Callantsoog., de Den Helder a la playa en auto era cerca de 20 minutos, en bicicleta lo hacíamos 1 hora y al final ya lo hacíamos 45 minutos, pero fue maravilloso mi viaje o comisión a Holanda.

Pero mi tiempo de comisión estaba acabando, los padres de Tess me ofrecieron trabajo si me quedaba en Den Helder, había muchas cosas que me obligaban a venir a Perú.

Llego Setiembre del año 1981, el buque tenía que partir a Perú, yo les ofrecí regresar al terminar mi contrato de 7 años con la Marina, no se dio, mas ella vino a Perú en noviembre de 1983, mi situación había cambiado, pero así aprovechamos para conocer los lugares que le había hablado, ella se regresó a los 15 días, el 9 de julio de 1984, fue la última carta que me llego, hoy no sé nada de ella, pero la soñé ayer y quise contarles esta historia.

Si alguien la vio por ahí, díganle que la ando buscando.

      


CUENTO: EL AMOR DE UNA TARDE Capítulo III FINAL


EL AMOR DE UNA TARDE

Capítulo III

Vamos a empezar el tercer capítulo de esta historia de “El amor de una Tarde”, espero ser más ligero en esta narración, ya les habré cansado con esta historia, pero debo escribirla, quizás mañana ya no la recuerde, por eso léanme o escúchenme.

La fiesta había terminado, su madre nos encontró al amanecer, ella no fue a la escuela como dos días, más yo iba todos los días a la escuela a recogerla, sus amigas me preguntaban por ella, y fue así que yo al llegar una tarde de su escuela, ella estaba en su ventana esperándome pasar, me llamo y me dijo: hoy ira mi madre a hablar con tus padres- le dije ¿de qué? – Ella me respondió – de lo de esa noche- le dije entonces y que diré, ve tú lo que tienes que decir.

Yo me había olvidado que su madre iba a venir a mi casa y me apresuraba a salir como todas las noches, pero alguien toco la puerta, mi hermana salió ver quien era, y regreso diciéndole a mi madre que le buscaban a ella. Mi madre salió y ya no regresaba, pensé que era algún familiar pero no fue así, era la madre de Consuelo, ella y su tía,  no demoraron en llamarme, me acerque a ellos, les salude y no fui contestado mi saludo, solo ella me miraba y agachaba la cabeza mientras su madre me reclamaba y mi madre trataba de defenderme, fue una actitud muy soberbia de parte de su familia de Consuelo, lo que al final de todo esto me llevo a superarme cada día, trate de dedicarme más a los estudios, pocas veces iba a recogerla de la escuela, las noches eran muy rápidas, nos veíamos unos minutos, dos o tres besos y hasta mañana.

Llego una navidad muy triste para mí, no sé si para ella también, pues había tomado la decisión de viajar a la capital a seguir mis estudios superiores, en esos tiempos Chimbote no contaba con Universidades ni institutos de educación superior

Salí un día 18 de enero del año 1976, con sueños e ilusiones, no pude despedirme de ella, a pesar que ella sabía de mí partida, quizás ya no quiso continuar conmigo, pero mis sueños eran otros, también junto a ella, pero no pude despedirme.

Ingrese a la Escuela de la Marina, en el mes de abril empezaron mis estudios, yo seguía enamorado pero no sabía nada de ella, hasta que llego un 9 de julio y me llegó una carta a la escuela, al abrirla era de ella, me hablo de muchas cosas, me dijo que estaba arrepentida de su actitud, que me seguía amando y que vuelva pronto, cosa que me era imposible para mí, mejoro un poco mi vida, pero empecé a escribir más, mi primera navidad y mi año nuevo de marino lo pase junto a ella, fui muy feliz, ella también, me llevo a visitar, algunas amigas de su escuela que sabían de nosotros, también estaban echas unas señoritas, fue lindo esos tiempos, pero duro poco mi felicidad, las cartas nos envolvían cada semana en una pasión tan intensa, pero eso no tuvo valor, ella cada vez me pedía que vuelva a nuestro barrio, me pedía que le acompañe  a tal o cual evento que organizaba la promoción de su colegio, pero me era imposible, la Marina vive de reglamentos y tenía que cumplirlos.

Teníamos ya casi 4 años de estar distantes, llenándonos de cartas y recuerdos, pero no le basto a ella, a veces viajaba a ver a mis padres y aprovechaba de verla, pero ya ella no quería verme, yo pasaba por su casa y me decía no podía salir porque estaba su hermano o su madre despierta y así me regresaba con esa pena y tristeza, que una amiga muy buena de ambos llamada Magda, me entendía y yo al partir le encargaba a ella, que me la cuide.

Tengo ya que decir la verdad, trascurría el año 1979, y en una visita a mis padres, una señora que no diré su nombre me ve parado en la esquina de la casa de Consuelo esperándola y me llama y me dice. Fico sigues con Consuelo- yo le dije sí, pero esa mujer no te conviene me dijo, el alma se me enfrió, me agache y llore, me conto muchas cosas y decidí dejarla a ella para siempre, al día siguiente me regrese a Lima, me entristeció mucho, pero tuve que hacerlo.

Había pasado más de 15 años cuando yo la deje de ver por última vez, yo ya me había casado, y en visita a mis padres mis amigos me dicen , tu amor está viviendo acá, el otro día ella me pregunto por ti, yo le interrogue mucho a este amigo y pensé que debería ir a verla, deje pasar unos días queriendo no hacerlo hasta que me anime, era un mediodía, fui a su casa, le silbe, salió, me miro, me llamo, me acerque, le propuse que salga para conversar, pues en su casa no era posible, yo era prohibido, ella no quiso, me pidió que hablásemos en su casa, yo acepte, ella me entrego algunas fotos que se olvidó de enviarme en las cientos de cartas que me había mandado, la acepté solo una, era la que más me recordaba, me conto su versión de su vida, su pasado, su vida de mujer y de madre, pero no podía aceptarme más que amigo.

Yo me volví Lima,  la vida siguió para mí, entre viajes y comisiones del servicio, mi vida paso entre recuerdos y olvidos, mas luego después de 15 años de la última vez que la vi, un día recibí una llamada, respondí, y era ella, me dijo si podíamos vernos, el cual acepte, ya no era la misma de mis sueños, los años le habían dejado huellas imborrables, esta vez ella me espero con un chocolate, yo le lleve quesos que me había pedido, al llegar a ella, le desconocí, estaba cambiada, pero ella me llamó por mi nombre, la mire y solo no me quedo que decirle – hola -., y después vivimos esa pasión y romance que lo habíamos perdido, me dijo cobrémonos la venganza tanto tuya como la mía yo acepte, sin ninguna condición, pues no quería lastimar a muchas personas en mi vida, fueron casi seis años de relación prohibida, pero tenía que darle fin, porque a pesar de lo que nos prometimos al comienzo, ella quiso tomar posesión de mis actitudes y de mi vida, le entregue todas las cartas que aún les guardaba, muchas se quedaron en el atlántico, le entregue su foto, algunas cositas más y le dije se terminó, era mayo del año 2010, ya no quise saber de su vida, me hizo mucho daño, pensé que sería distinto, pero no fue así, han pasado cerca de dos años, me pidió que retire todos mis poemas que llevaban su nombre, le he visto muchas veces por mi barrio en Chimbote, la volví a ver casi hace un mes en un hospital de Lima, pensó ella quizás que fui a buscarla, fui por asuntos familiares, pero muy lista me dijo, no vengas a buscarme, ahora soy mujer que ando con Cristo, la mire, deje unas sonrisas y le dije, y nuestra amistad, ella me dijo, no puedo aceptar tus pretensiones, por eso digo seguro que pensó que yo fui a buscarla y no fue así.

Es casi una historia muy resumida, tienen derecho a escuchar y a leer a muchos más, no quise cansarles, por eso esta historia en mi vida ya ha terminado, y hoy lo sellare para siempre, hasta nunca Amor de una tarde.




 

CUENTO: EL AMOR DE UNA TARDE Capítulo II


EL AMOR DE UNA TARDE

Capítulo II

El capítulo I de la historia El Amor de una Tarde, había terminado, todo había terminado con mucho amor, fue los inicios de un amor muy lindo, amor que solo algunas personas lo sabían, avanzamos de a poco, pero con muchos sueños 

Este capítulo nuevo empieza ya casi al final del año 1975, y fue por agosto que en una fiesta patronal que lo realizaban en el barrio unos vecinos, quedamos en acompañar un momento en la misa que iban hacer a la Cruz de Chalpón

Esta procesión pasó por la puerta de mi casa, yo no estaba, estuve en la biblioteca municipal de mi pueblo haciendo mis tareas del colegio, pero al llegar a casa, mi hermana me dice – Consuelo ha pasado con su hermano, me dijo que va a la misa a la iglesia Virgen de la Puerta, si puedes ir que vayas.

Yo termine de cenar muy apurado, le avise a mi madre que iría a la iglesia, fui y triste fue mi sorpresa, al ingresar la busque muy apurado, no la encontré, salí triste, tuve ganas de volver a casa, pero antes de eso me puse a llorar y sentado muy cerca a unos juegos mecánicos de la iglesia, a los lejos vislumbre a ella jugando con su hermanito de apenas 5 años. 

Ella quizás no se dio cuenta de mí, el alma volvió a mi cuerpo, le miraba de lejos sentado ahí, hasta que al rato se dio cuenta y vino a mi lado, me abrazo y me dijo – pensé que no venias – mi hermanito se aburrió en la iglesia y preferí salir – gracias por venir. -

Le explique mi demora, al poco momento ya salía la gente del barrio y llevaban en andas a la Cruz de Chalpón, empezamos a acompañar la procesión un poco retraído para no ser visto por la gente, mientras eso planeábamos como hacer esta noche, pues había una gran fiesta, ella me propuso salir hasta la quema de los juegos artificiales y así fue, quedamos en que yo le esperaría en la fiesta

Serían las 8 de la noche y me fui a la fiesta, ya estaba la música en todo su esplendor, pase y me encontré con unos amigos y entre ellas mi amiga Mercedes, nos saludamos y me pidió para salir a bailar, muy cortésmente accedí, baile algunas piezas musicales con ellas y casi ya al terminar una canción la vi llegar a Consuelo, ella me miro y la vi que salió del local, no supe cómo decirle a mi amiga lo sucedido, pero creo que se dio cuenta, y me dijo – te pasa algo – le dije no, solo que mi madre me está buscando.

Al terminar la canción me salí muy apresurado, al llegar a la calle ya no le encontré, me fui a su casa, la silbe y ella salió, estaba vestida muy linda, la abrace y ella me detuvo, como no queriendo que yo la abrace, la mire y le dije que paso, mas ella me contesto – porque no sigues bailando con ella, anda, vete con ella, no me esperaste para bailar, yo me calle por un instante y no le dije nada, la cogí de la cintura, y la estreche muy fuerte, ella forcejeaba, pero pudo más mis brazos y la bese.

Ella se dejó besar, me quedo en mi pecho y en los oídos le dije – eres celosa- ¿porque lo eres? – si sabes que sola a ti te amo, - lo se me dijo – pero tengo celos- te vi muy alegre bailando con ella – y hablan por ahí, que está enamorada de ti, ¿Qué le respondí, eso no sabía?

Me hablo muchas cosas más y le dije vamos a bailar, pues la música llegaba a mis oídos y mi cuerpo se estremecía de querer bailar con ella, con el amor de mi vida, ella ya no acepto, me dijo – mejor vamos a caminar un rato, mientras llega las 12 de la noche para ver la quema de los juegos artificiales, yo acepte y empezamos el camino.

Las horas pasaban y el tiempo llegó para la quema de los juegos artificiales, lejos de ellos abrazados vimos quemarse y el juego de la vaca loca, ella me tenía abrazado, no quería soltarme, el tiempo paso y al darnos cuenta ya eran cerca de las 4 de la mañana, hacia frio y le entregue una chompa para que se pusiera, se puso y ahí seguíamos los dos, contando las estrellas hasta que a una distancia de 50 metros vimos venir dos personas femeninas, ya antes de ellas ya habían empezado a pasar la gente a su trabajo y nosotros seguíamos allí, muy cerca ya ella los distinguió muy bien , era su madre y su tía . ella apenas pudo decirme corre- corre por favor- y sentí por mis talones caer unas piedras y yo muy asustado, tome dirección contraria a mi casa, no podía llegar a mi casa pues se daría cuenta de mí.

Esta historia de amor, debe continuar…dejémoslo ahí…hoy debo descansar, me parece un sueño, por eso por favor, esta historia continuará.


 

CUENTO: EL AMOR DE UNA TARDE Capítulo I

 


EL AMOR DE UNA TARDE

Capítulo I

 

Era la tarde de un día de abril, las clases en la escuela ya habían empezado, me encontraba en la esquina de la calle del barrio en compañía de mi amigo Juan, entre bromas y carcajadas vi pasar a dos señoritas, nunca las había visto por nuestra calle, y mucho menos por el barrio.

La pregunte a mi amigo queriendo saber quiénes eran, pues mis ojos se quedaron maravillados al verlas, pero solo una de ella me interesaba, era muy niña me parece, la otra ya una joven muy hermosa también. Mi pregunta fue contestada con – no los conozco, pero han venido por tu casa-

Mis días pasaban entre el colegio, la esquina del barrio, la puerta de la casa de mi amigo Alejandro, más conocido como “Toro Loco”, el cual vivía sentado en su puerta pues sufrió un accidente automovilístico y quedo así, invalido.

No paso muchos días y estas señoritas volvieron a pasar una tarde y casi a la misma hora, las mire sin diferenciarlas, pues ambas eran hermosas, la menor que la llamare Consuelo, me miro, la mire y ella me llamo a su lado – hola- me dijo, -hola- le respondí -, me podrías colaborar con la compra de unos tickets de rifa para el día de la madre, son actividades de mi promoción, este año acabo la escuela y pensamos hacer una fiesta de promoción, me continúo diciendo.

Yo no tenía dinero para poder comprar estos tickets, le quede mirando a mi amigo Juan, él también me miro y con señas le dije que vinieses, el cual accedió a mi llamado.

Les dije - se llama Juan – él les saludo a las dos chicas, yo pensé que él podía solucionar este problema, siempre lo hizo, y así fue, le compramos dos tickets cada uno, pero sorpresa mía, ambos en ese momento no teníamos dinero, le mire a él, mi miró y luego hable – ¿podemos pagar más tarde?  si - respondieron, les dije a las 7 de la noche les espero aquí, en esta esquina, - ellas solo dijeron – está bien – a las 7 estaremos aquí.

Mi amigo Juan sabía que yo no podía pagar estos tickets, el cual me dijo no te preocupes, yo los pagare, nos vemos a las 7 de la noche me dijo, está bien le conteste.

Llego la hora y yo estaba en la esquina esperándoles, ni mi amigo ni ellas llegaron, pero no se demoraron muchos, unos minutos luego llegaron la 2, ya una de ellas sin uniforme escolar, las dos muy bien vestidas, era una sorpresa para mí, la mayor que se llamaba Esperanza me dijo - ¿y donde esta Juani? – le dije aún no llega- pero vamos a su casa, quizás se olvidó de esta cita, ellas accedieron, llegamos al lugar, le silbe y luego salió,

Se saludaron y tan pronto termino el saludo ellas nos dijeron que le acompañáramos a la farmacia de la zona 21 de abril, le dijimos que sí, vamos les dije y empezamos el camino.

Unos cuantos minutos ellas caminaban juntas, yo al lado derecho y Juani al lado izquierda, ellas iban bien resguardadas, pero llegamos a un parque de palmeras y Consuelo se adelantó, pues una perro ladraba escandalosamente y tuvo miedo, le seguí yo como su defensor y me dijo – está linda la noche – le dije -muy linda, mira está llena de estrellas, cógete una,  me dijo no quiero una, quiero todas las estrellas, pero le dije pero son muchas, ¿que eras con todas ella?, me miro y bajo el rostro, me dijo –serán mis hermanas- yo solo tengo hermanos varones y ellos no son iguales como las mujeres, Esperanza es mi cuñada, pero es una hermana para mí, su esposo, mi hermano, es malo, tiene otra mujer, y me preguntó ¿así son los hombres?- le dije: - no – no somos así, algo paso en ellos pero dejémoslo ahí.

Conversamos un poco más y ellas ingresaron a la farmacia, que compraron, no lo sé, no les pregunte nunca y fue tan rápido que nos vimos regresando, yo adelante con Consuelo y Juan y Esperanza un poco distante, llegamos a su casa de Consuelo pronto, yo no sabía dónde vivía, pues era mi vecina, pues vivía a cuatro puertas de mi casa, que sorpresa, nunca la había visto.

Llego Juan y Esperanza, él pago los tickets de la rifa, se despidieron y me pregunto si me quedaba, le dije si – pues ya me lo había pedido Consuelo en el camino, que me quedé un momento más para conversar y así fue.

Nos quedamos solo esa noche, ella saco unos bancos de madera para sentarme, ella parada junto a mí me interrogaba el cual con firmeza le respondía, la hora en que vivía no sabía, solo vi pasar a mi padre que ya iba al trabajo, pues supuestamente eran las 4 de la mañana, no lo sentí el tiempo, paso tan rápido, yo me quede ilusionada con ella, pues le dije ya me voy tengo que ir al colegio y ella suplicante me dijo, puedes ir a recogerme a la escuela, estudio por 2 de mayo, ¿podrás ir?, le dije sí, espérame ahí estaré a las 5 de la tarde.

No conocía la escuela, pero llegue al lugar que ella me había pedido que la espere, ella llego acompañada de dos amigas, me aleje rápido de ellas, tenía vergüenza que me vean de la forma que iba vestido, pero Consuelo ya me había visto, y le llamo – Fico, no te vayas, espérame -, le espere una vez más pero ella seguía viniendo con sus amigas, y hasta que llegaron, hola- les dije – ellas al unísono respondieron con un –hola -, ella me presento, conversaron unos segundos más y partieron, yo con miedo y sin saber por dónde ir le dijo – vamos - .

Caminamos unos 30 minutos y llegamos a su casa, habíamos hablado de muchas cosas del colegio, y luego me pidió que volviéramos a vernos en la noche, lo cual accedió, me moría por estar con ella y decirle que la estaba amando, llego la hora, eran ya las 7 de la noche y volví a buscarla a ella, en la esquina de su casa, ella estaba en su ventana esperándome, me vio llegar y luego salió trayendo en sus manos el banco de madera.

Me senté ahí, me pregunto muchas cosas de mí, donde estudiaba, como se llamaban mis padres, hasta que me dijo, puedes peinarme, hazme trenzas ya voy a dormir, le solté el cabello y con mis manos empecé a hacerle una trenza, por ratos dejaba su cabecita descansar en mi pecho y me miraba de abajo hacia arriba, yo le quedaba mirando tan tiernamente, que en verdad me moría por llenarla de besos, y así jugueteando con sus cabellos me atreví y la bese, fue tan rápido aquel beso que no lo sentí tan bello como el segundo, ella me cogió de la cabeza y me tapo la boca con sus labios y no me dejo pedirle disculpa por haberla besado sin su consentimiento.

No nos dijimos nada por un momento, mas ella bajo el rostro, pensé que era por vergüenza, ya me quedé callado, más luego rompí el silencio con un –perdón, pero te amo – el cual ella me dijo – yo también te amo, pero nunca me dejes por favor, otra vez no sé cuántas horas pasamos juntos, y regrese a casa y dormí muy poco, me levante y tuve que ir al colegio como todos los días y también todas las tardes ir a recogerla de la escuela.

Hoy son vivos recuerdos, recuerdos de mi infancia que quedaron en mi pueblo, siempre regreso, la calle, la esquina, la casa de ella están ahí, pero ella, ya no, se fue muy lejos, salió de mi corazón y tomo otro vuelo. Esta historia continuara, porque aún no tiene fin.

 

 


CUENTO: VOLVERÉ



La historia tiene un comienzo por el año 1970, cursaba recién los estudios primarios y recuerdo como si fuese ayer, la escuela donde yo estudiaba era muy grande y bonita, tenía dos patios donde se jugaba y se pasaba momentos muy agradables en el recreo, yo tenía una compañera de estudios llamada Gladys, era también casi vecina, vivía muy cerca de la casa donde yo vivía.

Todas las tardes al salir de la escuela siempre íbamos juntos, ella llevaba consigo su hermano menor y yo el mío, ambos íbamos por un costado del canal, desde niño me gustaba los barcos y siempre hacia barcos de papel y le seguíamos el curso de los barcos, deseando siempre llegar primero al lugar donde teníamos que despedirnos.

No siempre era todos los días, pero siempre le miraba al salir de la escuela, a veces me acercaba y me despedía y otras solo la miraba y yo no sé si ella sabía que yo me estaba enamorándome y así fue.

Ella era una estudiante muy esplendida y a la vez le gustaba la poesía, quizás eso era lo que influía en mí, porque pasábamos horas ensañando las declamaciones para las actividades de la Escuela, pues tuvimos la suerte de tener como nuestros maestros a dos grandes poetas Arsenio Vásquez e Iván Vásquez, padre e hijo, ambos de Cajamarca el lugar donde nací.

La historia empieza con un te quiero, estas bella le dije aquella tarde, después de declamar una poesía en el día de la madre, fue muy aplaudida y en verdad lo hacía también que cada movimiento de ella, parecía letras tiradas al aire, era tan tierna que se dejó llevar por mis palabras y ella me contesto: eres un loco muchacho-

Fueron mis primeras palabras de amor ante una mujer, me parece que fue ayer cuando entrecortado mis palabras llegaban a ella con mucha ternura, porque ella siempre sabia recibirme con mucho amor y llego a decirme: - eres un niño travieso.

Era mayo en aquel año cuando Chimbote sufrió el terremoto más sangriento que pude vivir, al menos 70,000 personas murieron y de ellas unas 20,000 desaparecieron bajo toneladas de piedras y lodo, todas estas cosas tuvieron que pasar en mi pueblo, pues esto motivó que los padres de Gladys tuvieran que trasladarla de escuela y por ende de localidad, una tarde se marchó a Trujillo, a 140 kilómetros de Chimbote.

Había pasado cerca de tres días después del terremoto cuando yo al ir a verla a su casa ella muy apresurada me dijo: -me van a llevar a Trujillo - ¿Qué será de ti? yo muy lejos, ya no nos veremos- bajé el rostro y solo pude decir – está bien- tus padres te llevan.

El destino a veces juega a nuestro favor, tanto así que había dejado de ir a verlo varios días y mientras yo caminaba por la avenida Pardo cerca a la Plaza 28 de Julio, a lo lejos vi a ella, su hermano y sus padres, ella cogía un pequeño maletín, sus padres maletines muy grandes, pase cerca de ella, salude a sus padres y a ella le mire fijamente como diciéndole escápate mira allá está el mar, corramos y junto al ocaso perdámonos en el fondo del mar para que no nos encuentren, ella quizás me entiendo y me pregunto - ¿A dónde vas, que vas hacer allá?, le dije voy al mar, sabes que me encanta la brisa del mar, mira las palmeras, mira las gaviotas que vienen y van, mira cómo están los pelícanos casi muriendo de hambre y mira como estoy yo al verte que ya te vas.

Si – me dijo- ya me voy, pero voy a volver, se queda mi casa, te quedas tú, voy a volver al barrio, cuídate, te voy a extrañar por las tardes, ya no veré tus barcos haciendo competencia, ya no estarás tú, pero volveré.

Yo no sabía qué hacer, miré al horizonte, pude ver la isla Ferrol que estaba cubierta de nieve y luego vi que sus padres nos miraban fijamente y yo disimuladamente pude decirte – anda con Dios- yo te estaré esperando - pero vuelve – porque sin ti mi vida no tiene sentido y no lo tendrá si no te tengo a ti.

Los vi partir, llego un bus con destino a Trujillo, todos subieron apresuradamente, ella parecía no querer hacerlo, me acerqué un poco y le dije – adiós. - vuelve pronto.

Desde aquel momento no supo nada de ella, el tiempo paso y no volvía, pase muchas veces por Trujillo y no sabía dónde buscarla, cierta vez mi prima María me conto que le había encontrado en el Hospital Belén de Trujillo, estaba muy hermosa, pero también estaba esperando un bebe.

A pesar de eso le seguí esperando, más ella nunca llego, quizás llegue mañana cuando acabe esta historia, pero hasta ahora no sé nada de ella, pero yo sigo esperándola porque me dijo – volveré –

 Chimbote, junio 1970

Gladys Mendoza


 

CUENTO: ¿SERÁ ACASO UN GRAN AMOR?

 



Era un atardecer, el frío estaban envolviendo la ciudad, más yo salí en búsqueda de tranquilidad, pero la primera mujer que vieron mis ojos fue ella, Paty, venía muy alegre y presta a jugar vóleibol como todas las tardes con las amigas.

Ella también se sorprendió al ver mi llegada, hasta me pareció que quiso retroceder, pero ya estaba en la mitad del camino y yo acelere en el paso para poder encontrarnos a solas y preguntarle ¿Qué paso? ¿por qué esa ingratitud? Ella me miró fijamente y hasta sentí su odio hacia mí, yo le sonreí y le esperé sereno, hola – le dije, buenas tardes, recién acabo de llegar, y ¿tú que haces?

 Se dejó saludar con un beso y luego se apartó de mí apresuradamente, ella me contesto que se iba a jugar como todas las tardes, yo le deje pasar, ella se marchó de mí, yo solo percibí de ella una tristeza y continúe mi camino.

Llego la noche y estando yo en la cama, recibí una llamada de ella, en la cual me dijo entre otras cosas que estaba mal lo que estaba haciendo, que no debíamos estar juntos mucho tiempo, que quizás ni nos saludemos, la gente del pueblo confunde la amistad con otra cosa, por eso es mejor que te alejes de mí.

Yo acepte su pedido con mucho dolor lo acepte pues me parecía que me cortaba el tiempo y que mejor era desaparecer, como podía vivir yo sin mirarla, sin saludarla, sin sentir los rayos de sus días cada mañana, cada tarde o al anochecer, pero así lo acepte.

Yo lo estuve cumpliendo su pedido hasta que recibí una llamada de un amigo del pueblo en la cual me pedía que venga pronto al bar de la señora Haydee, presuroso acudí y no encontré a nadie conocido, ni el que me había llamado, luego pregunte por él y el dueño del bar, saliendo me dice: - pasa, están al fondo, creo que te están esperando porque hay cuatro sillas y solo son tres.

Fue una sorpresa incómoda para mí, entre dos hombres se encontraba ella “Paty” bebiendo cerveza y al llegar hacia ella, los amigos me dicen siéntate allí, pero yo decía esto no puede ser, si ella me ha pedido que no podemos estar juntos, la miré, ella me miro con los ojos llenos de lágrimas, cogí la silla y tome mi posición al lado derecho de ella.

Su mano contenía un vaso lleno de cerveza, me mira y con los ojos rojos por el llanto me dice – tomas- le respondí con la cabeza – entonces me dijo – salud -,

yo le pregunte que paso, porque ese llanto, solo ella me dijo – no me hagas caso – déjame con mi dolor – ya no creo en el amor – los amigos se sonreían, mas ellos con las bromas le dijeron – allí esta- dile – no calles- y yo le miraba y ella con tristeza me dijo – tengo miedo –

Yo no le pregunte nada más, solo me calle y pensé que el amor cuando es amor es doloroso, que la rutina cansa, que la falta de amor nos convierte en esclavo de amar, también la soledad nos lleva a esto, más yo seguía bebiendo con ella y los amigos, hasta cambiamos de conversación, pero de vez en cuando ella me miraba  y yo le sonreía y en mi atrevimiento le cogí la mano, ella me apretaba con intenciones de mutilar mi mano, yo le miraba y poco a poco ella se fue acercando a mi pecho pero aun con los ojos rojos por el llanto.

Estaban los amigos que eran sus primos, y ellos festejaban este encuentro, uno de ellos ya sabía de esta loca relación, y fue el que me llamo por teléfono según ha pedido de ella.

Bebimos un poco más y las horas pasaban, ya habíamos pasado al siguiente día y mis brazos sostenía un poco de su cuerpo, quise callar mi amor, pero mis sentimientos afloraron y con un beso cerré su boca que estaba hablando mucho, ella no lo creía lo que estaba sucediendo, se puso a cantar entonces y todos nos sonreíamos, era tarde ya, les pedí que acepten mi retiro, tenía que descansar, mas ella suplicante me dijo- te vas a ir – me vas a dejar -  le conteste con ternura que mejor era ir a descansar, ella acepto mi pedido y me dijo vamos déjame en mi casa que más tarde nos veremos en el baile social.

El baile social del pueblo, estaba muy concurrido, yo había aceptado controlar la entrada del público, la vi entrar acompañada, no nos dijimos nada, la tristeza se iba apoderando de mí.

Tenía muchas ganas de verla bailar o tal vez bailar con ella, pero tenía que cumplir mi misión, apoyar a la comisión de la fiesta, las horas pasaban y estábamos por acabar el día y salí en busca de ella, no estaba lejos, estaba muy cerca de mí, la mire, ella me miro, y con sus ojos me dijo: -ven – yo presuroso acudí y me dijo vamos a bailar, yo no me hice rogar y bailamos muchas piezas musicales y me cogía de la mano a no soltarme y me repetía te extraño – te extraño – yo sé que vas a partir y volverás el otro año, pero nada hará cambiar esa cosa que siento por ti.

Yo solo le sonreía, no le quise decir nada, solo le dije – no va ser así – si me voy – tú te vas conmigo – aunque sea me llevo tu mirada, tu beso de aquella noche y te dejo el calor de mis manos que acariciaron tu cuerpo.

Ella quería seguir bailando conmigo, pero había miradas que empezaron a espantarme, quizás estaba actuando mal, entonces muy bajito le dije- ya tengo que retirarme- es hora de descansar – solo pudo decirme apenas – anda con Dios- que mañana te volveré a buscar.

Esta es una historia de un sueño que no sé cuándo irá acabar, ella me extraña mucho y yo no sé vivir sin ella, díganme ustedes, ¿será acaso un gran amor?