Para Flor Abriceño Osorio.
Una noche de marzo, partiste amor mío,
a un hogar lejano, donde aún no quiero ir,
pues aunque sueño tenerte a mi lado
tú ya no estás, te fuiste muy lejos.
Aunque te fuiste sin decirme nada,
llevando en tu abrigo nuestros sueños,
tu angustia fue mía, mío fue tu dolor
de todas las noches de tu enfermedad.
Pero ya no estás, y nadie entiende mi pena,
el frío de la tarde cobija hoy mi cuerpo,
y aunque quiero gritar que te he perdido
solo consigo a decir ya es muy tarde se ha ido.
Qué pena amor mío, no estar a tu lado,
y es pena porque sé que no vendrás,
te llevo el dolor y la muerte impía
cubrió de velo mi débil corazón.
Por eso eres mi ángel de todas mis noches,
por eso eres mi enigma de cada atardecer,
y por más que te llamo, no respondes
solo me queda decir ya es muy tarde…
11 marzo 2008
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