Una tarde
sentado frente a un monitor,
mis manos
temblorosas presionaban el teclado,
buscando
presuroso el icono del explorador ,
para buscar
en la red, paz a mi corazón maltratado.
Escribí tanto
sin pensar en la respuesta,
pues tenía la
esperanza de un buen amante,
que sepa amar
sin esperar la siesta,
que entregue
a mi corazón un buen calmante.
Pasaron días
y en mi monitor nada consigo,
el invierno
es fuerte y mil gotas purpurinas,
brotan en las
rosas de mi jardín y digo:
Señor, no
llenes mi camino de espinas.
Pero una
mañana apareciste tú con tu e-mail,
convirtiendo
muy alegre mi camino,
llegaste
junto con la primavera, tierna y frágil
gracias a ti,
de allí cambio mi destino.
Por eso hoy
te digo, ¿cuándo vendrás amor?
te espero
noche tras noche junto a la luna,
sobre el
monitor solo consigo calmar mi dolor,
pero me
faltas para contarte mis penas una por una.
Cuantos años
pasaran, cuantos, pero aquí me tienes,
a veces sin
saber lo que hago y lo que te digo,
pero eres
amor, eres paz y te llevo entre mis sienes,
te quiero, te
adoro, te celo y cada día te bendigo.
Te amo aunque
no puedo verte,
pero te
siento en cada parte de mí ser,
quizás llegue
la muerte sin conocerte,
pero eres mi
amor, mi nuevo querer.
Amor de red,
amor lejano, amor de calma,
amor de
llanto, amor de esperanza, mi gran tesoro,
mi dulce
encanto, eres mi pena, vigilas mi alma,
pues no sabes
en verdad, cuanto te adoro.
Nunca pensé
que iba a encontrarte,
que iba a amarte
hasta adorarte,
hoy en la
noche saldré a esperarte,
para decirte amor que no puedo olvidarte
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