Te
he visto una tarde tan callada,
con
lápiz en la mano y un papel raído,
escribes
apenas unas letras a escondidas,
bajo
la espesura de un árbol caído.
Mujer,
de prisa los años han pasado,
y
en tu corazón continua aún prendido
aquella
ilusión de un amor perdido,
que
se fue con el viento hacia el olvido.
Tus
manos temblorosas no han callado,
y
continúan escribiendo muchos versos,
por
un hombre quizás que has amado,
en
una noche que te envolvió en sus besos.
Mujer
escritora, poetisa y gran amiga,
que
en tus versos enciendes la pasión,
son
letras de ternura que al alma abriga,
y
que das sosiego al pobre corazón.
Hoy
a ti he querido, darte las gracias,
por
tu gran coraje y por tu devoción,
por
ti son mis versos y mis alegrías,
por
ti elevo al cielo esta oración.
Oh
mi buen Dios a ti te lo pido,
que
nunca se acabe la mujer autora,
que
la poesía sea lo elegido,
para
agradecerte, mujer escritora.
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