Hoy recuerdo con mucha nostalgia
aquel bello amor de principiante,
la que una vez me dio su alegría,
aquel amor sincero de estudiante.
Felices en la tierra nuestras almas
vivían,
con miedo a que murmuren de nuestro
amor,
de ese amor sincero que muchos no
entendían,
pues hoy al recordarlo me lleno de
dolor.
Amor de estudiante, amor de besos
sinceros,
de entrega y sacrificio que tú me
supiste dar,
quedamos aquella tarde encontrarnos
allá lejos,
buscando un escondite para podernos
amar.
Aquella tarde, tus manos acariciaron
las mías,
y mirando al cielo - solo tú, mi
amor- me dijiste,
hoy guardo en silencio todas mis
alegrías,
y puedo hoy decir que en verdad sí
me quisiste.
La cita estaba hecha y a las tres
era la hora,
más yo llegar no pude, así estaba
hecha la historia,
esperándome te hallabas sentada en
el cinema,
es el dolor más grande que llevo en
mi memoria.
Yo jamás pude verte ni decirte que
te amaba,
tus ojos se cerraron sin ver caer
mis lágrimas,
aquella tarde de mayo en el cine
Primavera,
Dios quiso hacer tu tumba y sitio de
mis penas.
Amor hoy te he llorado recordando
aquella cita,
aquel encuentro que no pude llegar
aquella vez,
pues siento en mis noches que tu
alma resucita,
y me dice – amor no olvides, mañana
a las tres.
Terremoto de mayo, qué triste es mi
historia,
pues perdí aquella tarde, a la mujer
más hermosa,
hoy solo puedo decir, que vive en mi
memoria,
así como en mi jardín, creciendo va
esa rosa.
Chimbote, 31 de mayo de 1970
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