Cuan bello eres mi Señor Divino,
pues has dado paz a mi penosa alma
tú eres Divino mi Señor Peregrino,
has hecho que vuelva mi alma en calma.
En ti yo he dejado mi pena y dolor,
cansado de la vida quise mucho veces morir,
y voy por el mundo ahora pregonando tu existir,
porque eres tan Divino, mi bendito Señor.
Me apena la existencia del odio y del sufrir,
de la injusticia que crece con el hombre,
Señor no creen que algún día tú has de venir
llamando a tus hijos cada uno por su nombre.,
Cuan bello eres mi Cristo, mi Dios Divino,
que vives en los montes y en el fondo del mar,
me coges de la mano, me llevas al camino
me dices hijo mío, no mires hacia atrás.
Como no creer en ti Cristo bendito
como no creer si en ti encuentro amor
algunos te esperamos mi Dios del infinito
porque vendrás en gloria mi bello Señor.
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