Hoy la brisa
de un mar nos acompaña,
junto a la
pasión de nuestros cuerpos afligidos,
los olas van
y dibujan cosas raras,
y al corazón
llegan más fuertes los latidos.
Mis labios
presurosos sienten mi abrigo,
y en tu
cuerpo se encienden la pasión,
me dices en
silencio, ¡quédate conmigo!
toma mi alma,
mi vida, toma mi corazón.
Yo no quiero
entender ese pedido,
y trato de
esquivar lo prohibido,
me dices
-tengo el cuerpo encendido –
de una pasión
que lo tengo escondido.
Y como
queriendo vivir el sacrilegio,
y la pasión
llevándola a escondidas,
desnuda en mi
frente es mi privilegio,
y solo
contemplarte son horas perdidas.
Desnudos
nuestros cuerpos se entrelazan,
y tus senos
aprisionan mis latidos,
me besas y tus
piernas me abrazan,
me llenando
el silencio de gemidos.
No tengas
miedo te digo en el oído,
deja que te
lleve al nuevo paraíso,
siente la
llama de mi cuerpo encendido.
y muévete
cual vaivén de un hechizo.
Ven y hagamos
sin medida el amor,
que nuestros
cuerpos se sientan complacidos,
dejemos en
estas sabanas el dolor,
de tu primera
vez y de tus gemidos.
Lleguemos al
placer con miramiento,
olvidando el
dolor por un instante,
dejemos atrás
todo nuestro sufrimiento,
y conviértete
amor en un amante.
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