A Miguel Mejía Pishé
(25/01/2012)
Se acababa la tarde y todos en silencio,
como queriendo ver el sol en su ocaso,
así amigo de ayer te ibas despidiendo,
de esta vida que te cobijo en su regazo.
Pero tú, sereno como todos los días
uno a uno le cogías de la mano,
y en silencio recordabas las alegrías
que te toco vivir como humano.
El sol se había metido en el ocaso,
y tus ojos se cerraron para siempre,
le dije Dios porque a mí este fracaso,
y lo tuve que soportar como buen hombre.
Señor, te llevaste a un hombre de verdad,
honesto, amable, bondadoso y sincero,
pocos hay en la tierra con esas virtudes,
pero vivirá siempre en nuestro recuerdo.
Amigo Miguel, guardado estas en la memoria,
como el creador de sueños y emociones.
pasas a otra vida y con ella tu historia,
enviamos de allí tus bendiciones.
Señor guarda al amigo que partió temprano,
por el camino que tú lo señalaste,
te acabaste una tarde amigo, hermano,
queda en recuerdo lo que tú nos enseñaste.
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