Cuantos años pasaron que viste la luz,
tu madre callada muchas veces sufrió,
pues el destino nos jugó una mala partida,
pero la fuerza de mamá fue que triunfó.
Creciste con el amor siempre a tu lado,
jugaste muchas tardes a las muñecas,
mientras yo me alejaba de tu lado,
sufrías muchos dolores en mi ausencia.
Tus sueños uno a uno se hacían realidad,
nuestra vida continuaba allí presente,
llego tu hermano se agrando la felicidad,
y aunque yo lejos estaban en mi mente,
No deseaba que llegase este momento,
pero la ley de la vida hay que cumplirla,
elegiste al hombre que lleno tus sentimientos,
y sin más remedio casada fuiste.
Solo sé hija mía que estos sentimientos,
enturbian mi mente y mi sosiego,
te veo muy feliz y está en tu rostro,
la ternura de hija que Dios me dio.
Déjame decirte que hoy perdí mi estrella,
en este universo tan grande de la vida,
que Dios bendiga esta unión en esta noche bella,
y seas siempre tú la mujer querida.
Doy gracias a mi Dios por concederme,
esta felicidad que para mí era un sueño,
queda un vacío en nuestro hogar de siempre,
queda la soledad en un rincón pequeño.
Que la cuides te pido ¡Oh Virgen María!
que guardes en su corazón esa alegría,
de niña hermosa y llenas de fantasía,
¡Oh Divino Señor, escucha mi plegaria!.
25
noviembre 2011
