a Pascual
Chumpitaz Conde
Cansado del
bullicio de la ciudad
salí presto a
buscar tranquilidad,
y les diré
que hallé un lugar tan grato
que me brindo
una gran hospitalidad.
Nunca me
hablaron de ti,
ni menos te
conocía,
quizás Mala o
San Antonio
no tienen lo
que hallé en ti.
Tu campo
lleno de flores,
tierra del
tamal y chicharrón,
eres tú un
gran paraíso
tierra Santa
Cruz de Flores.
Eres tierna y
acogedora,
como tus
hijos que allí moran,
tienes el
sabor del picante y sopa seca,
tienes el
aroma de las flores de tu prado.
Tus calles
angostas, tu iglesia majestuosa
mirando
siempre al hogar de las almas,
en tu recinto
guardas a la Virgen de Fátima,
tierna Madre
de los hijos de Flores.
Hoy que me
aparto de ti, tierra majestuosa,
oh Divina
Virgen dame tu bendición,
haz que
vuelva pronto, oh Virgen milagrosa,
porque en
Flores encontré tu devoción.
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