A Maria Reys Bustamante Loja
El tiempo ha pasado y te has llevado,
la
vida de tu hija, la paz de quien te amamos,
te
fuiste y muy solos nos has dejado,
hoy
nuestras caras están llenas de lágrimas,
porque
te fuiste llevando algo de nosotros.
Mamareyes,
el tiempo no ha borrado,
tus
huellas siguen llegando a mi hogar,
sentada
estas allí en la puerta a tu hija aguardando,
cuidando
tu hogar, nuestro hogar de tantos días,
de
penas, de llanto, de risas y de alegrías.
No
has muerto… tu sueñas hoy al lado de Dios,
y
nosotros acá mirando tu retrato…aún nos hablas,
nos
dices que estas junto a papa Reynaldo,
junto
a Dufo y que viste llegar a doña María,
y
hoy están todos juntos y están muy felices.
Mamareyes,
algo de mí se fue contigo,
quizás
mis sueños y mis ambiciones
también
mi corazón se fue contigo,
tenlo
allí madre mía, llénale con tu abrigo,
porque
hoy he llorado, porque tú no estás conmigo.
Te
fuiste y algo de mí se fue contigo,
mis
ojos aún no dejan de llorar, mi alma,
te
siente cada tarde que llegas a mí,
te
busco en tu balcón y hoy no te encuentro,
y
mi mirada se eleva al cielo y allí te veo.
Algo
de mí se fue contigo aquella tarde,
pues
el silencio solo habita en mi hogar,
cada
enero, cada mayo, cada día
la
pena se agiganta y el dolor nos arde
pues
queman nuestras mejillas con el llanto.
No
volverá otra vez la risa a nuestros rostros,
porque
te lo llevaste tú aquella tarde,
y
hoy por más que buscamos la alegría,
solo
encontramos el recuerdo de tu mirada,
por
eso hoy te digo, algo de mí se fue contigo.
28
mayo 2008
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