El frío de la
tarde mi cuerpo aún cubría,
con miedo
entrecortado llegué hasta donde estabas,
el parque aún
desierto y una virgen como espía
fueron
testigos de que tú también me amabas.
Miradas tan
profundas y sin decirnos nada,
un beso
apenas pudo callar esa tu boca,
más luego
escuche decirme … estoy enamorada,
perdóname
pues si al sentirlo me vuelvo loca.
Sentí un
profundo miedo que paso por mis venas,
mire a todos
lados y halle la soledad,
te di un beso
luego para que olvides esas penas,
y seas en
adelante, mi amor, mi felicidad.
Quizás yo
pida mucho, quizás pueda darte poco,
cogiéndome
las manos de frió te vestí,
tus besos me
hicieron que grite como loco,
por fin eres
mi vida, mi encanto y frenesí.
Hoy vives en
mi mente como un bien escondido,
un amor
peregrino que esperando va con fe,
quiero ser el
único a quien tú hayas querido,
y pueda
amarte yo, como a nadie antes amé.
Que esa tarde
aquella no quede en el olvido,
que sume otro
día más a tu gran felicidad,
hay días
también tristes que tú lo has vivido,
sacúdelas de
tu alma por nuestra prosperidad.
Amor de
aquella tarde, amor que tú llegaste,
no tengas
miedo, lléname de tu esplendor,
sonríe, mi
vida es otra desde que me besaste,
mañana serás
mía, sólo mía, mi tierno amor.
26 Mayo 2003
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