¡Oh maestra
mía! de sabia enseñanza
que en cada
mañana un verso nos das,
nos das
alegría y también esperanza
nos enseñas
la vida y vivir en paz.
En el aula te
espero con una sonrisa,
y al oír tu
voz me das confianza
mi miedo se
aleja de mí tan de prisa,
me traes la
alegría, la paz la bonanza.
Eres maestra
mía, de mis primeras letras,
de mi voz
cortada al entonar mi canto,
mi luz ha
llegado el miedo quedó atrás
ya no hay
tinieblas, ni pena ni llanto.
Con tu bello
ejemplo nos diste valor,
y con tus
manos tiernas trajiste la luz,
me enseñaste
a Dios y su gran amor,
y a su hijo
Jesús, llevando la cruz.
Es a ti mis
gracias, ¡oh maestra mía!
mi segunda
madre de un gran hogar,
eres tu mi
encanto, mi fe mi alegría,
hoy a ti este
canto que te puedo dar.
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