domingo, 7 de mayo de 2017

BUSCA LA PAZ


La verdad  sincera no hiere al alma,
el egoísmo y la envidia acaba al  hombre,
las  rosas marchitas no encuentran la calma,
por eso se caen perdiendo su nombre.

El  prado risueño es verde florido,
el nevado virgen, blanco siempre es,
una  mujer pura tiene  el  rostro erguido
y  el hombre culpable no tiene revés.

A este  mundo pues ¿quién podría cambiar?
la  paz es ficticia, la  paloma blanca no existe,
el plomo, el  acero, la  pólvora, la  bomba nuclear,
no  darán  tranquilidad nunca si esto existe.

A  donde   podremos llegar con tantos males
ya ni el  mar  es limpio, ni  el cielo tan claro,
esas  manchas oscuras  son vanas señales
que hubo  un perdedor y un vencedor puro.
           
La paz  ya no será dada por los hombres,
ni  los gobernantes,  ni los ejércitos,
tendrá  que  nacer  un nuevo hombre,
quizás  en  Belén  o en la tierra de  Egipto
           
A llegado  el  momento, todos como hermanos,
proclamemos  la  fe  por  el mundo  entero,
con la única esperanza  de que seremos salvos
y volveremos a juntarnos  con quien murió primero.

Hagamos que vuelva a florecer los campos,
que el agua  de la roca pura siempre sea,
que  el ave cante, que siempre rían los niños,
pero que cambie  el hombre, eso es lo que se  desea.

Hacer que el niño  empuñe un libro,
que la  rosa nos brinde su perfume ardiente,
que las olas del  mar ondeen  sus formas,
y que el pensamiento  de  paz, no quede pendiente.

   puedes hacer  que  un niño, en  ti crea,
demuéstrale  tu virtud, no   tu defecto,
hazle  entender  que así siempre sea,
el comienzo de algo   nuevo  por  efecto.

Tú puedes darle  fe  al desventurado,
no como el  político, sino como buen hombre,
termina  de una  vez, si  has empezado,
a buscar la paz en Dios con  otro nombre.

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