miércoles, 5 de marzo de 2014

PADRE DE AMOR


 
Hay un hombre cansado sentado en su sillón,
la casa está muy sola y el silencio habita,
la vieja en la cocina poniendo la sazón,
el hombre y su recuerdo su corazón le agita.
 
Los años han pasado, la pena ha crecido,
los hijos se marcharon en busca de un porvenir,
sus canas de ayer algunas se han perdido,
pero vive con la esperanza de un nuevo amanecer.
 
La piel lleva curtida de tantos sacrificios,
los callos de sus manos es fruto del trabajo,
a veces ya no escucha y mira el gran vacío,
que los años los lleva a encorvar el cuerpo.
 
Su mano temblorosa cogiendo esta la radio,
su música no olvida ni su artista del ayer,
hoy todo ha cambiado tiene un nuevo desafío,
recuerda aquel hijo que le dejo partir.
 
Entonces llama a la vieja muy de prisa,
le dice que los hijos hoy día no vendrán,
que pasaran solos este día y otro día,
pero a ellos nunca lo olvidarán.
 
Corazón de padre, corazón henchido de amor,
tus hijos están lejos, pero estás en su corazón,
comprendo de tu pena, también de tu dolor,
pues tus hijos a la distancia lloran con razón.
 
¡Oh! padre de las alturas dales tú la calma,
no dejes que estos viejos tan pronto se acaben,
viven con el corazón, pero buscan con el alma,
la noticia del hijo que hoy no podrá llegar.
 
El padre siempre eterno vigila la llegada,
del hijo que se fue buscando un mejor destino,
la vieja le acompaña en noches y madrugadas,
teniendo la esperanza de ver llegar a los hijos.
 
Dios mío, por eso hoy quiero yo pedirte,
tu bendición divina a este padre de amor,
tú sabes que le amo, es demás decirte,
no dejes que penetre la pena y el dolor.




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