miércoles, 13 de mayo de 2020

EL AMOR DE UNA TARDE Capítulo III






EL AMOR DE UNA TARDE
Capítulo III
Vamos a empezar el tercer capítulo, espero ser más ligero en esta narración, ya les habré cansado con esta historia, pero debo escribirla, quizás mañana ya no la recuerde, por eso léanme o escúchenme.
La fiesta había terminado, su madre nos encontró al amanecer, ella no fue a la escuela como dos días, más yo iba todos los días a la escuela a recogerla,  sus amigas me preguntaban por ella, y fue así que yo al llegar una tarde de su escuela, ella estaba en su ventana esperándome pasar, me llamo y me dijo: hoy ira mi madre a hablar con tus padres- le dije de qué? – Ella me respondió – de lo de esa noche- le dije entonces y que diré, ve tú  lo que tienes que decir.
Yo me había olvidado que su madre iba a venir y me apresuraba a salir como todas las noches, pero alguien toco la puerta, mi hermana salió ver quien era, y regreso diciéndole a mi madre que le buscan. Mi madre salió y ya no regresaba, pensé que era algún familiar pero no fue así, era la madre de Consuelo, ella y su tía,  no demoraron en llamarme, me acerque a ellos, les salude y no fui contestado mi saludo, solo ella me miraba y agachaba la cabeza mientras su madre me reclamaba y mi madre trataba de defenderme, fue una actitud muy soberbia de parte de su familia de Consuelo, lo que al final de esto me llevo a superarme cada día, trate de dedicarme más a los estudios, pocas veces iba a recogerla de la escuela, las noches eran muy rápidas, nos veíamos unos minutos, dos o tres besos y hasta mañana.
Llego una navidad muy triste para  mí, no sé si para ella también, pues había tomado la decisión de viajar a la capital a seguir mis estudios superiores, en esos tiempos Chimbote no contaba con Universidades ni institutos de educación superior
Salí un día 18 de enero del año 1976, con sueños e ilusiones, no pude despedirme de ella, ella al saber de mí partida, ya no quiso continuar conmigo, pero mis sueños eran otros, también junto a ella, pero no pude despedirme.
Ingrese a la Escuela de la Marina, empezaron mis estudios luego en el mes de abril, yo seguía enamorado pero no sabía nada de ella, hasta que llego un 9 de julio y me llegó una carta a la escuela, al abrirla era de ella, me hablo de muchas cosas, me dijo que estaba arrepentida de su actitud, que me seguía amando y que vuelva pronto, me era imposible para mí, mejoro un poco mi vida, pero empecé a escribir más, mi primera navidad y mi año nuevo de marino lo pase junto a ella, fui muy feliz, ella también, me llevo a visitar, algunas amigas de su escuela que sabían de nosotros, también estaban echas unas señoritas, fue lindo esos tiempos, pero duro poco mi felicidad, las cartas nos envolvían cada semana, pero eso no tuvo valor, ella cada vez me pedía que vuelva a nuestro barrio, a ella, que le acompañe a tal o cual evento, pero me era imposible, la Marina vive de reglamentos y tenía que cumplirlos.
Teníamos ya casi 4 años de estar distantes, llenándonos de cartas y recuerdos, pero no le basto a ella, a veces viajaba a ver a mis padres y aprovechaba de verla, pero ya ella no quería verme, yo pasaba por su casa y me decía no podía salir porque estaba su hermano o su madre despierta y así me regresaba con esa pena y tristeza, que una amiga muy buena de ambos llamada Magda, me entendía y yo al partir le encargaba a ella,
Tengo ya que decir la verdad, trascurría el año 1979, y en una visita mis padres, una señora que no diré su nombre me ve parado en la esquina de la casa de Consuelo esperando y me llama y me dice. Fico sigues con Consuelo- yo le dije sí, pero esa mujer no te conviene me dijo, el alma se me enfrió, me agache y llore.
Al día siguiente me regrese a Lima, me entristeció mucho,  había pasado más de 15 años cuando yo la deje de ver por última vez, yo ya me había casado, y en visita a mis padres mis amigos me dicen , tu amor está viviendo acá, me pregunto por ti, yo le interrogue mucho y pensé que debería ir a verla, deje pasar unos días queriendo no hacerlo hasta que me anime, era un mediodía, fui a su casa, le silbe, salió, me miro, me llamo, me acerque, le propuse que salga para conversar porque en su casa yo era prohibido, ella no quiso, me pidió que hablásemos en su casa, yo acepte, ella me entrego algunas fotos que se olvidó en enviarme las cientos de cartas que me había mandado, la acepté solo una, era la que más me recordaba, me conto su versión de ella, su pasado, su vida de mujer y de madre, pero no podía aceptarme más que amigo.
Yo me volví Lima,  la vida siguió para mí, entre viajes y comisiones del servicio, mi vida paso entre recuerdos y olvidos, mas luego después de 15 años más sin vernos, un día recibí una llamada, respondí, y era ella, me dijo si podíamos vernos, el cual acepte, ya no era la misma de mis sueños, los años le habían dejado huellas imborrables, esta vez ella me espero con un chocolate, yo le lleve quesos que me había pedido, al llegar a ella, le desconocí, estaba cambiada, pero ella me llamó por mi nombre, la mire y solo no me quedo que decirle – hola -., y después vivimos esa pasión y romance que lo habíamos perdido, me dijo cobrémonos la venganza tanto tuya como la mía yo acepte, sin ninguna condición, pues no quería lastimar a muchas personas en mi vida, fueron casi seis años de relación prohibida, pero tenía que darle fin, porque a pesar de lo que nos prometimos al comienzo, ella quiso tomar posesión de mis actitudes y de mi vida, le entregue todas las cartas que aún les guardaba, muchas se quedaron en el atlántico, le entregue su foto, algunas cositas más y le dije se terminó, era mayo del año 2010, ya no quise saber de su vida, me hizo mucho daño, pensé que sería distinto, pero no fue así, han pasado cerca de dos años, me pidió que retire todos mis poemas que llevaban su nombre, le he visto muchas veces por mi barrio en Chimbote, la volví a ver casi hace un mes en un hospital de Lima, pensó ella quizás que fui a buscarla, fui por asuntos familiares, pero muy lista me dijo, no vengas a buscarme, ahora soy mujer que ando con cristo, la mire, deje unas sonrisas y le dije, y nuestra amistad, ella me dijo, no puedo aceptar tus pretensiones, por eso digo pensó que yo fui a buscarla.
Es casi una historia muy resumida, tienen derecho a escuchar y a leer a muchos más, no quise cansarle, por eso esta historia en mi vida ya ha terminado, y hoy lo sellare para siempre.


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