martes, 7 de noviembre de 2017

TU HUMILDAD SEÑOR







Señor, yo estuve allí cuando te crucificaron,
cuando en silencio y en humildad implorabas,
mi Dios, fueron muchos los que te azotaron,
pero yo estaba allí entre los que te llorábamos.

Tu humildad de soberano siempre estuvo contigo,
en el largo camino, rumbo hacia el Gólgota,
muchos te clamaban, yo estuve como amigo,
pero no pude hacer nada aquella tarde rota.

Te clamaban muchos, Señor y otros te lloraban,
pues era la impotencia que no poder hacer nada,
con humildad paso tras paso los judíos te llevaban,
sin decir nada tú, el calvario era tu última morada.

Tu humildad nos entregaste como ejemplo Señor,
en aquel día y también al llegar la tarde,
esa humildad que en el mundo va perdiendo su valor,
ya nadie lo emplea, tan solo es una leña que arde

Por eso Señor, perdóname pues por mí te crucificaron,
por mis pecados y por darle al mundo la felicidad,
aunque aquella tarde fuimos muchos los que te lloraron,
pues pocos son los que reconocen tu gran humildad.



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