Me dices que en esta vida,
hallaste muchas sorpresas,
que tienes el alma herida
y un corazón con riquezas.
Tienes la fe quebrantada,
por confiar en un don nadie,
saliste muy de madrugada
antes de que el sol irradie.
No quisiste la venganza,
porque es la ley del cobarde,
el verdadero amor es añoranza,
y el odio es leña que no arde.
No te quiero ver sufrir,
ni ver en tu rostro el llanto,
pues quiero junto a ti morir,
escuchando un alegre canto.
Por eso es que hoy sonríes,
y vas junto a mi cogida,
te pido que no te apartes
pues estas en mi alma prendida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario