Cuando
siento Señor, mi alma sola
cuando
no hallo paz ni armonía,
cuando
a mis pies llega el reventar de las olas
presuroso
te imploro y pido tu compañía.
Porque sólo tú Señor, nos das la eterna alegría
sólo
tú llenas al sediento con ternura
sólo
tú Pastor entregas tu tierna compañía
para que podamos vivir con dulzura.
Cuando
siento Señor mi cuerpo inerte,
cansado
del sufrir de esta vida
pidiéndote
a ti voy que cambies mi suerte
que
cures con amor, mi alma herida.
Por
eso es que te imploro... Señor...
y
lo hago con fervor todos los días,
sólo
te pido a ti buen Pastor,
que
mis penas lo conviertas en alegrías.
Por
eso y por tantas cosas Señor,
hoy
mi alma pecadora te evoca,
y
te pide en cada ruego tu perdón,
por
esta vida descarriada y loca.
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