Hoy quisiera estar
contigo madre mía,
allá en el cielo lugar donde Dios te tiene,
para llenar tu rostro, con canto y alegría,
en este tu día tan noble y tan sublime.
Pues hoy sin ti madre mía no consigo,
llegar a percibir que largo es el camino,
pues en muchos momentos a Dios le digo,
porque eres injusto Señor en mi destino.
Por eso cada día madre querida,
te imploro desde aquí con mi plegaria,
que tomes de tu hijo su alma dolida,
y transformes su vida solitaria.
También te pido me envíes el consuelo,
y acabes mi soledad, triste y afligida,
pues cada día camino mirando al cielo,
tratando de encontrarte madre querida.
Hoy pido desde aquí ¡oh!, madre adorada,
a nuestro Señor que te tenga en la gloria,
y que cada instante mi voz sea escuchada,
porque tú sigues viviendo en mi memoria.
No permitas que este día llore madre mía,
pues mis lágrimas no surcaran ese infinito,
que allá en la gloria vivas en paz día tras día,
por eso, Dios te salve madre mía, hoy lo grito.
allá en el cielo lugar donde Dios te tiene,
para llenar tu rostro, con canto y alegría,
en este tu día tan noble y tan sublime.
Pues hoy sin ti madre mía no consigo,
llegar a percibir que largo es el camino,
pues en muchos momentos a Dios le digo,
porque eres injusto Señor en mi destino.
Por eso cada día madre querida,
te imploro desde aquí con mi plegaria,
que tomes de tu hijo su alma dolida,
y transformes su vida solitaria.
También te pido me envíes el consuelo,
y acabes mi soledad, triste y afligida,
pues cada día camino mirando al cielo,
tratando de encontrarte madre querida.
Hoy pido desde aquí ¡oh!, madre adorada,
a nuestro Señor que te tenga en la gloria,
y que cada instante mi voz sea escuchada,
porque tú sigues viviendo en mi memoria.
No permitas que este día llore madre mía,
pues mis lágrimas no surcaran ese infinito,
que allá en la gloria vivas en paz día tras día,
por eso, Dios te salve madre mía, hoy lo grito.
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