Madre, primera maestra de la vida mía
del aula gigante, con muchos defectos,
tus primeras clases me la diste en tu vientre
clases de ternura, de amor y cariño.
En la cuna pronto me diste tareas
para que mi infancia no fuese tan dura
porque tu labraste con fe mi camino
para que la sorpresa no aflore en mi alma.
Es por eso ahora que decirte quiero
que tus objetivos ya fueron cumplidos
que me hiciste hombre con tu sacrificio
para este mundo incierto y rudo.
Hoy a Dios le pido que te ilumine
y que en la gloria te guarde un lugar,
para que descanses del duro trabajo,
que Dios ha encomendado a tan bella mujer.
Madre, eres el tesoro que yo mas adoro
y por ti es mi canto, a ti mi alegría,
bendita tu seas cual Virgen María
porque eres divina tan igual que ella.
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