lunes, 22 de junio de 2020

TE HE VUELTO A LLAMAR







Madre, es un dolor para mí el saber de tu partida,
de aquel viaje que hiciste un día, sin fecha de retorno,
pues desde aquel momento, a cuestas voy con mi herida,
te busco y al no hallarte, me causa un gran trastorno.

Hoy te llamo y en verdad, no encuentro aún respuesta,
mis labios gritan tu nombre y se pierden en la soledad,
voy solo en mi camino llevando mi dolor acuesta,
extraño tu presencia, porque tú eras mi felicidad.

Te fuiste en un momento, quizás sin pensar en dejarnos,
recuerdo hoy los años de mi infancia que los viví contigo,
los llevo en mi memoria perennes y bien guardados,
pero lo que no puedo tener, es tu calor, es tu abrigo.

Tu muerte es un misterio que no lo he comprendido,
los días son más grises desde nuestra separación,
porque no puedo hallarte por más que te he buscado,
y ahora en silencio lloro y a ti elevo mi oración.

Por eso hoy madre mía, te digo que he cambiado,
pero aún no han sanado mis heridas por tu ausencia,
muy junto a la mano de Dios, un día tú has viajado,
y hoy te encuentras junto a Él gozando su presencia.

Quien calma mi martirio, quien calma mi dolor,
mis noches han cambiado y no dejo de llorar,
te fuiste Madre mía, pero no se fue tu amor,
y aunque tú no me escuches, te he vuelto a llamar.

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