Nació junto a ti la luz de mi esperanza,
bajo el majestuoso símbolo del amor,
fue la existencia de un sueño fingido,
de un canto sin rima, de pena y dolor.
Te juro que amarte fue un gran placer,
pero sin embargo de nada sirvió,
llegó una tarde trayendo el frió
la dejó en tu pecho y todo le cubrió.
Tú me conocías más de lo debido,
y aprovechando aquello me hiciste feliz,
tu ternura entonces en mí quedo prendido,
no fue suficiente y tu amor fue mi cruz.
El tiempo pasado fue siempre mejor,
tu canto, tu risa, tu forma de ser,
hicieron que fueras mi diosa de amor,
por eso hoy mi alma no sabe perder.
Pero es necesario que llegue a su fin,
y dejes en paz a este cuerpo inerte,
fuiste maravilla de un sueño perdido,
se apena mi alma tener que perderte.
No mires el espacio que fue transcurrido,
la soledad pronto cubrirá el recuerdo,
las noches aquellas quedarán en el olvido,
y la paz de nuevo brillara en mis ojos.
No llores si acaso al pie de tu mirada,
mi sombra te sigue como una esclava,
aunque digas que viviste de mí enamorada,
sólo podré decir... no sé si me amaba.
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