martes, 17 de octubre de 2017

UN SER LLAMADO PAPÁ





Va un hombre en sus hombros llevando,
los años vividos junto a su compañera,
le pesa el tiempo y sus ojos están llorando,
porque sus hijos se fueron con la primera.

Hombre por el tiempo con la tez curtida,
manos encallecidas de la labor diaria,
no está aquella hija que fue tu preferida,
no están los hijos que ayer fueron tu alegría.

Hoy estás solo, bajo su cabaña,
atizando la leña de su tétrico fogón,
todos se marcharon al llegar la mañana,
pero aún les guarda en el corazón.

Pero así es la vida que muchos lo viven,
aquel que un día te dio todo su amor,
el hijo no pregunta, no saben, si comen,
solos en su cabaña se llenan de valor.

Porque pues buen hombre le diste tu nombre,
porque has permitido que te llenen de olvido,
ya no tienes fuerzas, no eres el mismo hombre,
pues en tu frente se nota que mucho has sufrido.

¡Ay! de aquellos hijos que ya olvidaron,
al hombre que un día le tuvo en sus brazos,
no es posible el olvido ni voy a justificarlo,
es hora que le llenen de amor y de besos.

Es tu día Padre, ¡oh gran soberano!,
y mis cuitas llegan a tu corazón,
eres tu quien de niño me extendió la mano,

y hoy quiero ofrecerte mi mejor oración.

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