Después de aquel día en que tú te marchaste,
llevando en tus labios mis besos inquietantes,
no he vuelto a verte más, no he vuelto a verte,
mujer perversa de ajenos sentimientos.
Mi alma se ha quedado, tan sola y tan fría,
que ha buscado abrigo en un nuevo querer,
pues ella ha convertido, mi pena en alegría,
me ha dado una vida con un nuevo parecer.
Valió la pena amar, después que tú te fuiste,
porque te amé un día con mucha emoción,
con todo mi amor, no sé qué más quisiste,
que abandonaste luego mi pobre corazón.
Valió la pena entonces volverme a enamorar,
después de haberte amado con todo el corazón,
ahora te he perdido y sabré también olvidar,
que fuiste mía entonces, que fuiste una ilusión.
Valió la pena entonces haberte olvidado,
aunque mi almohada guarda ese recuerdo contigo,
ya no quedan noches de amor, todas se han ido,
no sé si vale la pena, volver a ser tu amigo.
¿Pero que ganaría yo?, de ti quizás una lástima,
un lamento, un canto, un favor no venido,
te fuiste y el tiempo formó una muralla en mi alma,
que ha hecho en mi mente, que yo te olvide.
Valió la pena entonces recibir un cariño,
recibir un beso en una noche fría,
mis manos temblaban, lloraba un niño,
me trajo el recuerdo de tu negra falsía.
Ahora que
olvidada tú de mí te encuentras,
has la vida
aquella que tú misma elegiste,
dar amor a uno, a
otro, y al que tú deseas,
así no serás
amada, así el amor no existe.
Pero si algún día
en mi camino te encuentre,
aunque vaya solo
y tú bien acompañada,
no te
avergüences, haré que mi corazón calle,
pasarás por mi
lado como una desconocida.
Y recordaré
entonces con mucha amargura,
las tardes
aquellas en que fuiste mía,
aunque sigas tú
con tu misma hermosura,
valió la pena
amar y encontrar otra alegría.


No hay comentarios.:
Publicar un comentario