Soledad, hermana y compañera,
eres el encanto de una fría mañana,
de un clavel marchito o ave pasajera,
no te olvides de mí, soledad hermana
Eres tú la diosa de aquel verde prado,
del maravilloso mar, del desierto lejano,
soledad, amiga de la pasión y del olvidado,
no te olvides de mí, que soy tu hermano.
Cuando la noche llega, la soledad se apresta,
a entibiar el lecho de un niño abandonado,
o de un peregrino que con su dolor acuesta,
va tratando de alcanzar algo que hoy ha deseado
Soledad, dime tú que consuelo puedes dar
al ser que te ama, que te idolatra y te venera,
el hombre desposeído sin ti no puede andar,
y en el que tú habitas su ser se degenera.
Por eso hoy te invoco compañera soledad
ven a mí no tardes por favor en llegar,
sin ti mi vida será una triste orfandad,
pues no tengo otro remedio que tomar.
No tardes en llegar por favor te pido,
porque aún no alcanzo hallar la felicidad,
todo lo que amé un día lo he perdido,
por eso ahora quiero vivir contigo soledad.
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