domingo, 7 de mayo de 2017

QUIMERA


Cuando transcurre el día y llega la noche,
me apena mucho el alma y me acongoja,
pues pasa un día más y me despoja,
de una alegre juventud, sin un reproche.

No quisiera recordar  ya lo vivido,
pues quisiera aprender a vivir otra mañana,
con nuevas emociones, sin gemido,
sin pena, aguardando una nueva alborada.

Los años pasan en mí dejando huellas,
son sinsabores que me servirán bastante,
son muchos, tal vez  como las estrellas,
que he visto en mis noches de navegante.

No llego a comprender por qué en mi vida,
muy triste y pesarosa me acompaña,
la vil suerte de sufrir con una herida,
que emana su dolor día tras día.

Seré tan fuerte quizás como la hiedra,
para soportar esta pasión sincera,
no golpearé ya a mi corazón con esa piedra,
de que valdría otra ilusión o una quimera.

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