lunes, 8 de mayo de 2017

¡ FELIZ DÍA!







Divino amor tú me embriagas de alegría,

cuando llegas a mí y me dices ¡feliz día!

y cogiéndote con las manos tu fino rostro,

un beso te ofrecí, al llegar a nuestro encuentro.

 

Dudé mucho que tú, vinieras

que llenaras de alegría aquel día,

y mi cuerpo sintiendo tus caricias,

dejó mis labios escapar una melodía.

 

Que alegría en verdad aquella tarde,

aunque el cielo se cubría de tensas nubes,

los besos que me diste en mí cuerpo arde,

bajo el fuego mortal de claras luces.

 

Que hermoso día en verdad, que fantasía,

aquella tarde que te tuve entre mis brazos,

dejé todo mi amor en ese hotel en aquel día,

y te dormiste callada en el lecho de mis besos.

 

Volveré de nuevo amor a esas ansias,

a esos locos deseos de amor y  de pasión,

aquella habitación tan llena de fragancia,

hoy  guarda muy seguro los latidos de tu corazón.

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