viernes, 17 de julio de 2015

ESCUELITA MÍA





Escuelita de primaria, de mis primeros pasos,

de aula tan grandiosa y maestra majestuosa,

a ti mi homenaje por tus cincuenta años

porque eres generosa y grande como una diosa.

 

Recuerdo mi primer día con miedo al empezar,

no puedo yo negar de haber dejado una lágrima

al ver a mi madre alejarse y dejarme en este andar

sola buscando con quien cantar una canción de alegría.

 

Si Dios me concediera tan solo pedirle un deseo,

lo único que le pidiera, que nunca se acabe el recreo,

y que mi gran escuelita se llene de mil trofeos

y que al final de la jornada, seas tú la bendecida.

 

Escuelita mía, del patio de antaño florido,

de la majestuosa y bulliciosa campana,

hoy de nuevo me llamas después de tantos años

ya deje tus viejas aulas hoy son mis recuerdos.

 

Al cielo le pido que Dios te bendiga,

que mis viejos maestros de gloria se vistan,

hoy sus enseñanzas a mi alma abrigan

y son mis escudos que cada día me blindan.



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