lunes, 12 de mayo de 2014

MI LUZ Y MI ABRIGO





¡Oh! mi Dios divino de la eternidad,
hoy estoy de rodillas ante tu altar,
dándote gracias con mi humildad,
por ese ángel que me supiste dar.

Siempre va conmigo a todo lugar,
aunque ya se nota un poco cansado,
sus lágrimas he visto por su cara rodar,
pero es muy grande ese amor abnegado.

Darte las gracias hoy he preferido,
¡oh! mi Dios divino de la caridad,
porque entre todos los seres Tú has elegido
para que sea una mujer mi ángel de bondad.

Por eso hoy Madre solo quiero decirte,
que tienes mucho de ese Dios de amor,
perdón a mis ofensas hoy vengo a pedirte,
y déjame que en silencio yo acabe tu dolor.

Gracias ¡oh, madre mía! por darme la vida,
por enseñarme el camino de la humildad,
curar hoy quisiera todas tus heridas,
y que vivas a mi lado una eternidad.

Pero quizás es mucho lo que vengo pidiendo,
pues el Dios de amor siempre está conmigo,
que nunca me faltes le vengo exigiendo,
que seas mi ángel, mi luz y mi abrigo.


No hay comentarios.: