Llegaste un día de mayo en una tarde gris,
trayendo entre tus manos el consuelo,
tu tierna piel bañada en fragancia de anís
y tus ojos cansados por el largo vuelo.
Tenías muchas ganar de amar aquella tarde,
y mi cuerpo deseándote angustioso te esperaba,
sentí tus manos, sentí tu cuerpo ardiente,
aquella tarde gris te dije lo mucho que te amaba.
Tus besos saciaron mi gran sed de amor,
mis sueños se hicieron realidad por un instante,
pero en aquella tarde gris conocí el dolor,
porque tan pronto al llegar la noche te marchaste.
Por eso es que no quiero recordar,
aquella tarde gris de aquel ensueño,
te juro que hasta ahora no puedo te olvidar,
aunque vivas sin mí y con otro dueño.
La calle está vacía, ya todos se marcharon,
la tarde gris sombría a otros ha llamado,
no están nuestros amigos, solo penas quedaron ,
pero no olvides nunca que solo a ti he amado.
Tus besos aun me queman de tan solo pensarlo,
me mata el recuerdo de aquella tarde gris,
mi cuerpo envejecido quisiera sepultarlo,
por haberte amado sin medida aquella tarde gris.
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