Marino tú que te
haces a la mar,
con tu tez
bronceado y tu fino caminar
en el mar está tu
casa, en algún puerto un amor,
que le entregas tu
alegría, un instante de primor
Para ti no existe
el frío, ni el riguroso calor,
para ti, está tu turbina o explotando está tu caldera,
como para otros está
su espada o su fusil,
pero no podrás
mentir que llorando estas por amor.
Si el gong del
fuego llega, en el cañón artillero estás,
no te asusta el
zafarrancho, ni el estruendo del cañón
porque tu
sentimiento son como las bravas olas,
que vienen a mi
trayendo una sincera emoción.
Marino que te
haces a la mar
dejando esposa,
tu madre y tu hogar,
pues ahora al
sentir las olas le empiezas a recordar
y con tu mirada
la noche quieres ocultar
Y pasan pronto
las noches y pasan también los días,
a lo lejos ya
divisas que muy pronto a puerto has de llegar,
y aquel puerto tu
nave muy pronto va a amarrar,
y otro corazón te
espera, tal vez para conquistar
Marino... hijo
del mar, hoy te cubre la neblina,
y el frío dejas
pasar, tú no tienes miedo de nada.
solo está en tu
memoria aquel amor pasajero,
que se quedó
llorando triste, sola y enamorada.
A tu hogar ya vas
a llegar, y a tu diosa vas a encontrar,
sirena del bello
mar, hijos de amor y ternura
tu ilusión a
terminado, se quedó allá en el mar,
hoy tú tienes que
demostrar tu amor y tu alma pura.
Solo la historia tendrá que reconocer, a todo
buen marino
porque con mucho
heroísmo su vida supieron entregar,
lo hicieron por amor
a su patria y también a su Marina,
pero no vas a
olvidar que el mar es tu mejor hogar.


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