lunes, 8 de mayo de 2017

ALMA DE MARINO






El sol muy temprano, la playa ha besado,
el alba presurosa mi sueño ha mutilado,
desciendo de mi lecho y me dicen:- te han llamado –
apresúrate, que tu nave de pronto a zarpado.

Y es verdad lo que obtuve en mi sueño,
mi nave ha echado sus máquinas a andar,
y de esa melodía que ayer yo fui su dueño,
hoy anclado ha quedado, pues no lo puedo llevar.

Me quedo muy tranquilo mirando la estela,
y una mano amiga que me entrega un  adiós...
la recuerdo entonces de aquella noche bella,
en que prometimos juntos amarnos ante Dios.

Las aves van pasando de regreso a su nido,
el rumbo de esta nave no sé a dónde irá,
el frío se avecina, las estrellas han salido,
y al contemplar al cielo hay un rostro que me mira.

¿Cómo has llegado hasta allí amada mía?
le pregunto presuroso queriendo entender,
mi rostro con la brisa se llena de alegría,
y escucho que me dice: - yo  no te puedo perder –

El cielo está muy claro y una sola estrella,
vaga muy solitaria por donde quiera que voy,
ella cuida de mis noches tan frías y tan bellas,
pues siento que no duerme y que a su lado estoy.

Le pido mil favores, le pido que se esconda,
no quiero que a mis ojos, la mire pues llorar,
le digo tantas cosas y ella no responde,
y por más que me escondo no me deja de mirar.

Hay un triste sentimiento que llevo en mi pecho,
pues un amor eterno lo tuve que dejar al partir,
te quedaste envuelta en las sábanas del lecho
de aquella noche inmensa que nos tocó vivir.

Hoy que me encuentro lejos de ti mujer amada,
y que en el puerto de tu fantasía aguardando estás,
tengo miedo la noche, al frío y la alborada,
porque ella me habla siempre, cuando tú no estás.

Que hermoso hubiese sido llevarte en mi equipaje,
y mi alma de marino en las noches entregarte,
enseñarte en las noches del mar su gran paisaje
y amarte  para siempre, y  nunca tener que dejarte.


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