jueves, 23 de noviembre de 2023

CUENTO: ELLA VIVE EN MI MENTE



No sé el día en que le conocí, solo sé que fue un día de enero del año 2015, era la fiesta de su pueblo, yo había ido a visitar a la familia y de paso romper la monotonía del tiempo, la vida en la ciudad es muy agotadora, muy estresante.

En su región estaba en tiempo de lluvias, pero también había días de mucho calor, el sol se dejaba ver desde muy temprano y la naturaleza alimentaba mi alma cada día, tanto así que ya no quería volver a mi ciudad, había motivos que me llevaban a permanecer más tiempo.

En verdad desde el momento que le conocí, empecé mis viajes a su pueblo, su amistad iba creciendo con el pasar del tiempo y otro año más pasé mirando la fiesta de su pueblo y a la vez caminando por las chacras llenos de sembríos de maíz, de yuca, también veía el ganado por su chacra y como cada mañana iba a recoger la leche de su establo montado en su caballo color bayo.

Yo caminaba en cada tarde al coliseo en su búsqueda, pues sabía que siempre iba a jugar vóley con las muchachas del pueblo, yo le admiraba por la dedicación que ponía en su juego y la garra que ponía en cada jugada, eran cosas que mucho me encantaron de ella, por eso cada tarde veía también como se regresaba a su casa diciéndome tan solo - hasta mañana -, yo quería ir tras de ella pues ya estaba metida dentro de mi corazón alborotando mi tranquilidad.

No sabía que hacer el día pasaba muy de prisa y yo tenía ya que regresar a mi ciudad, pero me era doloroso partir sin decirle lo que tenía encerrado muy dentro de mí, por eso la última tarde me acerque a ella y con mi saludo detuvo su andar y nos sentamos en una banca de la plaza del pueblo y nos pusimos a conversar.

Me preguntó - cuando me regresaba a la capital, le dije no se todavía, quizás me quede aquí, me encanta el lugar, la naturaleza y el paisaje es propio para mí, me serviría mucho este ambiente, pues la inspiración no me traicionaría, ya que van varios días sin escribir, por eso hoy al verte seguro que esta noche hare unos cuantos versos para ti.

Y me preguntó también porque mis poemas son muy tristes – yo le contesté – es el amor lo que nos inspira, y cuando hay dolor, los versos son de dolor, cuando el amor está lleno de pasión, la pasión aflora en nuestras letras y cuando eres feliz en el amor, surgen los versos de felicidad.

Me dijo entonces – no sabía que escribías poemas - más yo le aseguré que mis versos son de muchos años atrás, porque siempre amé y no fui correspondido, allí están mis letras, esas son mis historias de amor que he vivido.

Luego me siguió diciendo, entonces son muchas, yo ya no tengo espacio en su corazón, le quede mirando fijamente y me quedé callado, no supe que decirle, por unos minutos me quede mudo, yo que me había preparado varios días para decirle y mostrarle mi sentimiento, no sé lo que paso, baje la mirada y me quede callado.

Ella interrumpió el silencio, me dijo – no te gustó lo que te dije – discúlpame, no te lo volveré hacer, más levanté el rostro y le dije – no, no pasa nada, solo pensé un momento en ti, en tus palabras, sabes – ya mucho tiempo que vengo callando mis sentimientos y quiero decirte que hace mucho tiempo te vengo amando y no soy correspondido.

Ella me miro y se sonrió y me dijo – no lo puedo creer, me estas mintiendo, no puede ser – sabes que tengo mis hijos – sabes que mi marido se fue hace muchos años y no sé nada de él, pero no te quiero decepcionar, ten calma mejor y olvídate lo que te dije.

El miedo se apoderó de mí, y sentía que lo estaba perdiendo, y me decidí tomarla entre mis brazos y ella muy tierna se dejó llevar, con mi mano le levante el rostro, estaba sollozando, apenas le pude limpiar las lágrimas de una mejilla, más mis labios tenían ansias de sus besos, la besé tan suavemente que ella me correspondió con sus labios, la abracé muy  fuerte contra mi pecho y le dije, nunca me dejes, no me olvides, mañana será mi partida, ella también me hizo un pedido, no me olvides por favor, yo también te amo - , la dejé de abrazar, le cogí la mano, como no queriendo separarme de ella, pero ya eran las 10 de la noche, el pueblo estaba en silencio yo ya tenía que descansar, pues mi viaje de retorno empezaba a las 5 de la mañana, solo nos miramos por un instante más y llego el adiós- adiós amor le dije, y ella me respondió, adiós, vuelve pronto.

Esta historia continuará.

 Amelia

 


 

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