Es el
silencio de la noche que abriga,
nuestros
cuerpos tirados sobre el lecho,
sobre sábanas
raídas el alma se fatiga,
y mi rostro
descansando esta sobre tu pecho.
La pasión
encerrada en nuestros cuerpos,
calienta a
mil grados buscando la explosión,
desnudo tu
cuerpo, te lleno de besos,
y muerto de
éxtasis escucho una canción.
Dibujo tu
cuerpo entonces con mis manos,
y mi pecho
soporta tu tierna cabellera,
me invade
entonces un calor sobrehumano,
deseando
penetrarte ¡oh mujer prisionera!
Te tomo los
pezones raudamente,
y acomodas tu
cuerpo a mi medida,
y jadeando
abres tus piernas lentamente,
entregándote
en pasión algo perdida.
Desnuda tú,
me miras sonriente,
y a mi boca
acudes con tus besos,
tus manos
presurosas están pendiente,
de toda la
pasión de nuestros cuerpos.
Y el placer
nos embarga en un instante,
y el clímax
del amor por fin ha llegado,
nuestros
cuerpos entrelazados locamente,
giran por la
pasión que han encontrado.
Esa
culminación de amor vive encendido,
desde nuestra
primera noche de emoción,
tierna mujer todo
mi ser te ha elegido,
para vivir
muchas noches más de pasión.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario