viernes, 15 de agosto de 2008

TU CASTIGO

Ayer he sentido de nuevo tu mirada,

cuando venias a tu casa lentamente,

para verte mujer si vives enamorada.

la tarde se detuvo por un instante,

 

Pero, qué creíste, que correría a tu regazo,

no, mi alma morirá siempre solitaria,

pero viste, sereno, te bote como un bagazo

hoy sufres, dime ¿dónde está tu alegría?

 

Fuiste ayer para mí aquella fragancia,

que dio alivio a todos mis dolores,

hoy no te puedo amar pues mi existencia,

se la debo ya a nuevos amores.

 

No soy el de ayer que tú conociste,

el que te amó como a un Dios divino,

no soy el hombre que un día quisiste,

ya cambié de sendero mi destino.

 

Qué pena que me das de nuevo al verte,

pues tú nunca comprendiste a este amor,

en mi recuerdo tú estarás y al no tenerte

mi corazón se llenó de nuevo de dolor.

 

Mi recuerdo vivirá metida en tu seno,

aunque tú orgullo no quiso ser mi amigo,

si así quisiste darme tu brutal veneno,

hoy mi desprecio será tu cruel castigo.

 

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