La conocí en una tarde de enero,
ella era muy sencilla, hermosa que al
pasar la tarde sentí que en sus ojos irradiaban mucho amor, yo me acerque a
ella con la intención de comprarle algo de su mercadería, y le dije
simplemente, que precio tiene ese gorrito azul y ella en una sonrisa que
cautivo mi alma me dijo: para usted, solo quince soles.
Me quede pensando si comprarla o no, el clima en la ciudad en que yo
vivía era muy fría y lo iba a utilizar en cualquier momento, bueno le dije,
cóbrese usted, y la compra fue hecha.
Al día siguiente, nuestras miradas se cruzaron en la aurora, y solo
atinamos a saludarnos, la tarde llego y acudí de nuevo a su bazar de ropa, pero
ella esta vez me dijo siéntate aquí, cuéntame algo de ti, de donde eres, que
haces por aquí, yo le conteste a todas sus interrogantes, pero yo solo
contemplaba sus ojos azules, que parecía que me hablaban y me pedía que le ame
ya.
No sabía yo si lo que hacía era justo y honesto, pero en verdad era muy
linda, y no dejaba de mirarla, hasta que llego el día de mi regreso a mi hogar,
solo le dije volveré el próximo año y ojala podamos volver a vernos, ella solo
me miro, y con su cabezo me dijo que sí.
Me quedo mirando fijamente y le pregunto – en verdad me lo dices –
vendrás de nuevo aquí? por un instante se quedó muda, y es en ese momento que
la cogí de los hombres y me acerque a ella y muy tímidamente le dije,- te amo,
ya me voy.
ella me entrego el rostro para darle mi despedida, pero el calor del
momento me convertí en un atrevido y le di un beso en los labios, no tenía los
labios abiertos, pero sé que sintió mi beso, me miro, bajo el rostro y me di
media vuelta y empezó mi retirada.
Yo me alejé y daba vuelta atrás como queriendo volver a su lado de
nuevo, sabía que era imposible que yo la amara, pero desde aquella tarde esa
bella mujer vive en mi mente y en mi recuerdo, será una historia de amor de
varios capítulos, pero este capítulo ha terminado porque no quiero que mi
corazón vuelva a sangrar, ya sufrió en demasía.
Ese amor es Lucely Vela.
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