todos la llamaban Carmen y yo también la conocí,
cualquier tarde o mañana ella llenaba mi ser,
más cuando yo me alejé todo de ella lo perdí.
a veces bajaba el rostro disimulando una sonrisa,
un saludo le entregaba cuando ella me miraba,
pues presurosa y alegre iba siempre muy de prisa.
yo siempre enmudecía cuando en mi paso la hallaba,
quería tocar su rostro, pero miedo yo tenía,
solo mi corazón sabía lo mucho que yo la amaba.
ella ya estaba ausente, sentí que la había perdido,
sus sueños ya estaban ocultos y cerrado su corazón,
y yo me quedé muy triste al ver que se había ido.
y sé que hoy cela mis rimas, y mis versos de amorío,
ahora agradezco al cielo, el destino nos ha juntado,
y estar siempre a su lado es todo lo que yo ansío.
y por esa mujer tan mía, tan dulce y misteriosa,
hoy su nombre yo evoco en mis sombras literarias,
todos la llamaban Carmen, yo la llamaré mi Rosa.
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