martes, 29 de agosto de 2017

¿A DÓNDE VAN LOS MUERTOS?



Perdóname, Señor, hoy al preguntarte,
y pedirte que contestes a mi efímero pedido,
tú que creaste al hombre y a la muerte,
¿por qué no consuelas al corazón herido?
 
Muchas veces he sentido el alma rota,
cuando he perdido a un ser tan querido,
siento que el mundo se va como una gota,
cuando mis ojos lloran por lo que ha perdido.
 
A veces, las lágrimas nos llenan de consuelo,
porque no se encuentra remedio para la muerte,
nos quedamos tristes, viviendo el triste duelo,
deseando día a día encontrar una mejor suerte.
 
Yo no sé, Señor, por qué no escuchas mi lamento,
porque aún no encuentro remedio desde su partida,
no ves acaso que cada mañana elevo a ti mi canto,
y muchas veces despierto sangrando mi herida.
 
He perdido la razón y el encanto de vivir esta vida,
y voy buscando en mi camino una mano amiga,
que entienda mi sufrimiento, pues tengo la fe abatida,
porque el dolor cada día, a mi corazón le castiga.
 
Por eso hoy, mi Dios, preguntarte he decidido:
¿dónde están las almas que se fueron? ¿dónde están?,
pues es grande mi dolor y no escuchas mi quejido,
pero dime, Señor, ¿a dónde van los muertos? ¿a dónde van?


No hay comentarios.: