sábado, 11 de marzo de 2006

ONCE DE MARZO


Un once de marzo cerraste tus ojos con rechazo,
y estabas tan sola luchando con la suerte,
yo estaba lejos de ti para darte mi brazo,
siempre sola y hoy te acompañó la muerte.
 
Jamás había soñado que así sería tu suerte,
mujer vas llevando hoy la fuerza en tu alma,
ya no hay dolor, solo está tu cuerpo inerte,
la muerte ha llegado y tu ser se halla en calma.
 
Quizás no he podido librarte de la muerte,
y tu sola luchaste como una gran mujer,
tu cuerpo agotado buscó otra mejor suerte,
que ha llevado a mi alma su pena envolver.
 
Perdóname te pido mujer idolatrada,
y déjame que siga amándote yo así,
tú fuiste y serás, por siempre recordada,
aunque es muy dura la vida vivir sin ti.
 
No podré olvidarte te lo juro, sería un pecado,
a quien en vida siempre me robó una sonrisa,
ya ves, hoy te vas y a todos he preguntado,
qué fue lo que te llevó tan pronto, tan de prisa.
 
Todo tu sufrir terminó cuando llego la muerte,
pues para siempre hoy tus ojos se cerraron,
hoy quiero decirte adiós y que tengas mejor suerte,
me quedaré con mis versos que nunca te llegaron.

Lima 11 de marzo 2006 

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