Cuando llegaste a mi vida fue lo más placentero,
el cielo fue pequeño para tus frases de amor,
me enamoraste con tu tierna galantería,
yo rendida bendije cada uno de tus encantos.
No sé cómo fue ni como llegaste,
pues me cautivaron tus letras hermosas,
y una noche clara pronto me hablaste,
preguntándome tú de cosas curiosas.
Eres del paraíso, la bendita fruta prohibida,
es pequeño el universo ante mi pecado,
secreto de amor que en oscuras vidas llevo,
haciendo sonrojar las constelaciones,
al verme rendida y sin disimulos.
Nuestro amor es prohibido, así quiso el destino,
y en noches ardientes tu pasión me domina,
te siento rendida y a tu pecho me inclino,
más el sueño pronto llega y todo se termina.
En mis noches de insomnio pellizco mis carnes,
para despertarme y frenar mi lujuria,
pero tu tronco perfecto me deja intranquila,
y me invitas entonces a desatar mi frenesí,
olvidando el pudor al hallarme seducida.
Pero que ironía que nos envuelve la vida,
yo en tu lecho ardiente calmando tu sed,
en tu lenta agonía voy curando tu herida,
y la pasión nos llena en una ilusoria felicidad
Ana María
Dominas el lecho acariciando mi piel,
hasta llevarme por un vuelo infinito,
y observo los colores del arco iris,
tu sensualidad arrebata mi instinto,
hasta llegar al éxtasis que me condena,
llenándonos de gozo en nuestras pasiones.
Ana María Mercado Espinoza
Nicaragua
Federico Mendo Sánchez
Perú
05/07/24
No hay comentarios.:
Publicar un comentario