He pensado en los amigos que se fueron,
en aquellos que ya nunca volverán,
con la tarde de un invierno se marcharon,
y por más que les llamo ellos ya no están.
Esos amigos que se hacen inmortales,
aquellos que te hacen vivir aquel pasado,
aquellos que no pudimos estar en sus funerales,
son amigos que en mi sueño hoy han estado.
Hoy recuerdo a muchos bellos amigos,
que me dieron una amistad pura y sincera,
amigos, hermanos y también testigos,
de tantas noches de amor y de quimera.
Pero qué más podemos pedir a esta vida,
que nos dio amigos y nos sigue dando,
amigos que en silencio curan nuestra herida,
cuando nos ven sufrir o tal vez llorando.
Esos amigos que es tan fácil contarlo,
o llamarlo por su nombre una mañana,
esos amigos que no podemos olvidarlo,
aquellos que te dan una mano hermana.
Para ellos y por ellos es mi gratitud sincera,
y aunque la distancia nos llega a separar,
amigos de verdad, amigos de quimera,
te digo que por siempre, te he de recordar.
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