Se apagaron las luces, se bajó el telón,
se ha ido el maestro Avilés a jaranearse al cielo,
dejando a todos los peruanos heridos el corazón,
pero no se ha ido solo, se ha ido con guitarra y cajón.
El Perú de norte a sur y de este al oeste,
llorando ahora están las guitarras y el cajón,
pues se ha ido don Oscar Avilés,
llevando esa alegría en su alegre corazón.
Cuando llora mi guitarra, el cielo está de jarana,
pues cantando esta Chabuca y también el Zambo Cavero
y otros coreando “Todos vuelven”, almas peruanas
porque también en el cielo está nuestra música criolla.
Cuantas veces dijiste: Yo también me llamo Perú,
pues sigue cantando desde el cielo a tu tierra,
con festejo y marinera, con resbalosa de yapa,
porque ahora allá en la eternidad está también “José
Antonio”.
Guitarra por favor quédate en silencio
esas manos benditas ya no te tocan,
quédate en silencio pues estas huérfana,
el maestro Avilés ya no está, se ha ido lejos.
Como olvidar tu alegría, y ese punteo de guitarra,
que se nos hincha el pecho de orgullo de ser peruano,
tú has hecho de este Perú, que sea muy jaranero,
de cajón y de
guitarra que ahora están de duelo.
24 de
marzo1924- 5 de abril 2014
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