Me quedaré tan solo al final de la
alborada,
y viviré junto al viento en este
campo abierto,
me quedaré tan solo, como aquella
madrugada,
de aquel forastero caminando en el
desierto.
Una vez más me volveré a quedar muy
solo,
quizás con los recuerdos de aquel triste
pasado,
muy solo otra vez como aquel día de
julio,
que me quede sin tu ternura, porque
lo habías llevado,
Pero es mejor vivir sin tener a
nadie,
sin lamentaciones que hieran al alma,
las aves en su trino elevan sus
plegarias,
y en cada noche van buscando la
calma.
De ti no quedó nada, pues ni un suspiro,
ni un te quiero, ni un te amo, de tu voz sonora,
era mejor así, si, hasta el aire que respiro,
me trae la ternura de una nueva aurora.
Ya no habrá más quejas que agobien tu día,
y en nuestra alcoba, no habrá sorpresas de amor,
ya en mis tardes no estará esa alegría,
cuando te veía llegar, porque hoy todo será dolor.
Ya no me interesa el barullo de tu mundo,
ni el cambio que hayas dado en tu vida,
déjame en la soledad vivir como un trotamundo,
porque esa vida nunca me causará herida.
Ya ha sufrido mucho el corazón mío,
y una plegaria a Dios hoy le he pedido,
que por favor no sea tan fuerte este estío,
porque la soledad siempre estará a mi lado.
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