Veintiocho fariseos acompañaron tu suplicio,
sobre tu hombro una pesada cruz llevabas,
la besaste tres veces y ante tanto gentío,
con un gran dolor a tu padre le orabas.
Arriba, arriba, los fariseos te gritaban,
y así empezaste tu marcha Rey de Reyes,
desde el cielo, tus ángeles te ayudaban
y caíste una vez, y hasta siete veces.
Tu dolor era inmenso y tu fatiga insaciable,
y allí ibas tú de pie, en silencio y muy triste,
pálido y ensangrentado por indeseables,
se burlaron, te insultaron, por amor lo hiciste.
Allá en lo alto de la colina del Calvario,
hay tres hombres que fueron sentenciados,
Dimas, Gestas, lo de Jesús fue innecesario,
su delito fue estar junto a los necesitados.
Bajo una cruz soldados romanos embriagados,
hay una madre que llora desconsoladamente,
-tengo sed- se escuchó decir por todos lados,
mientras el cielo se va opacando lentamente.
Ha muerto se comentaba entre el gentío,
y todos huían tristes y atormentados,
no debió morir era un predicador judío,
murió por salvar todos nuestros pecados.
Es mi plegaria triste ¡oh! Cristo bendito,
por aquellos que te vieron y no te creyeron,
esa humanidad te mato pues estaba escrito,
se olvidaron de ti y muchos ya partieron.
Es menester que vuelvas de nuevo a esta tierra,
a calmar el dolor que nos causa el hombre,
hay penas dentro del corazón que se encierra,
que solo tu Señor conoces en los hombres.
Tanto sacrificio tú, nos has mostrado,
tanto dolor llevaste en aquel Calvario,
solo en ti la paz hoy lo he encontrado,
¡oh!, mi buen Jesús! Señor del Sagrario.
sobre tu hombro una pesada cruz llevabas,
la besaste tres veces y ante tanto gentío,
con un gran dolor a tu padre le orabas.
Arriba, arriba, los fariseos te gritaban,
y así empezaste tu marcha Rey de Reyes,
desde el cielo, tus ángeles te ayudaban
y caíste una vez, y hasta siete veces.
Tu dolor era inmenso y tu fatiga insaciable,
y allí ibas tú de pie, en silencio y muy triste,
pálido y ensangrentado por indeseables,
se burlaron, te insultaron, por amor lo hiciste.
Allá en lo alto de la colina del Calvario,
hay tres hombres que fueron sentenciados,
Dimas, Gestas, lo de Jesús fue innecesario,
su delito fue estar junto a los necesitados.
Bajo una cruz soldados romanos embriagados,
hay una madre que llora desconsoladamente,
-tengo sed- se escuchó decir por todos lados,
mientras el cielo se va opacando lentamente.
Ha muerto se comentaba entre el gentío,
y todos huían tristes y atormentados,
no debió morir era un predicador judío,
murió por salvar todos nuestros pecados.
Es mi plegaria triste ¡oh! Cristo bendito,
por aquellos que te vieron y no te creyeron,
esa humanidad te mato pues estaba escrito,
se olvidaron de ti y muchos ya partieron.
Es menester que vuelvas de nuevo a esta tierra,
a calmar el dolor que nos causa el hombre,
hay penas dentro del corazón que se encierra,
que solo tu Señor conoces en los hombres.
Tanto sacrificio tú, nos has mostrado,
tanto dolor llevaste en aquel Calvario,
solo en ti la paz hoy lo he encontrado,
¡oh!, mi buen Jesús! Señor del Sagrario.
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