Voy sintiendo tu aroma como invade mis sueños,
y tu voz escucho clara y sonora como diana,
tu mirada tierna nos encierra entre risueños,
cuando al despertar me alegras la mañana.
Con tu esencia de mujer acabas tú mis dolores,
en tus manos crecen rosas sin llegar la primavera,
todo esta como Dios quiso el cielo de mil colores,
escuchar tu arrullo quisiera el día en que yo
muera.
Tienes cuerpo de una diosa envuelta en tu cintura,
llevas nuestros recuerdos bien ocultos en tu cabeza,
eres tierna, maravillosa, tan sutil de alma pura,
tu amor está escondido en esa magnifica belleza.
Quien como tú mujer, que tiene dulce el alma,
que no teme la distancia, que abre nuestro camino,
quiero verte en alegría y que te ahogues en calma,
con esa pasión que llevas ofreciendo amor divino.
Mujer divina, celestial que vas por mi sendero,
llenándome de tu fragancia y de mucha melodía,
déjame decirte ahora gracias por tu amor sincero,
nada te puedo ofrecer solo rimas en esta poesía.
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